Michel Platini fue hombre de fútbol. Lo jugó, lo entrenó y lo dirigió. Su próximo paso parecía destinado a convertirlo en el hombre más poderoso del deporte más popular del mundo, tras haber anunciado su candidatura a la presidencia de la FIFA.
Pero ahora su futuro es incierto y también lo es el futuro del fútbol.
La decisión del Comité de Ética de la FIFA de suspenderlo durante ocho años de toda actividad relacionada con el fútbol, junto al presidente Sepp Blatter, deja al organismo sin un rumbo claro a dos meses de que se lleven a cabo las elecciones a la presidencia, el próximo 26 de febrero.
El que fuera tres veces Balón de Oro asegura que se trató de una campaña para "dañar su reputación" y que está seguro de "que superará este momento difícil con la completa transparencia y unidad que le da al fútbol su fortaleza".
Pero con la decisión del Comité de Ética el excapitán de Francia no sólo no podrá optar a la presidencia de la FIFA, sino que también deberá dejar su cargo al frente de la UEFA, el organismo que regula el fútbol europeo.
Habrá que ver cómo será la reacción de todas las federaciones nacionales y confederaciones regionales que le habían expresado su respaldo y lo veían como la persona que se necesita para enderezar el deporte.
A fin de cuentas, argumentaban, Platini fue un hombre que nació con un balón, creció en un campo y maduró dentro del fútbol.
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