Veinte años después de lograrlo en su templo de Saint Denis, con Didier Deschamps como capitán y con Zinedine Zidane de gran figura, Francia impuso ante Croacia la ley del más fuerte para convertirse por segunda vez en su historia en campeona del mundo, esta vez en Moscú.
El coliseo del Luzhniki fue el magno escenario de un cambio de orden, quizá de estilo tras el buen gusto del juego combinativo de España en 2010 y de Alemania en Brasil 2014. En la Eurocopa 2016 Portugal le superó con esta misma medicina.
Francia lideró un modo que apuesta más por la firmeza defensiva, por el orden, el equilibrio, el aprovechamiento al máximo del balón parado y el vértigo de ese joven descarado que se llama Kylian Mbappe junto al "principito" Antoine Griezmann, convertido en nuevo rey. Ya ha logrado lo que otros grandes astros como Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar, a cuya mesa quería sentarse, no han conseguido.
No necesitaban los "bleus" ser dominadores del partido, lo único que precisaban era ese balón cerca del área de Danijel Subasic. Aún siendo aparentemente inferiores lo encontraron, como en anteriores partidos. Griezmann botó la falta y un toque desafortunado de Mandzukic, el hombre que situó a Croacia en la lucha por la gloria, se metió el primer autogol en la historia de las finales y adelantó a Francia.
Croacia está sobrada de orgullo y corazón. Pero también de calidad. Aunque pareció acusar el mazazo tardó tan solo diez minutos en devolver el golpe mediante Perisic (m.38).
Para su desgracia, Francia rápidamente encontró un saque de esquina. Griezmann lo botó y el propio Perisic desvió de nuevo a córner. Los franceses reclamaron mano mientras Pitana daba continuidad al choque inicialmente. En cambio, desde el VAR le avisaron que algo había ocurrido. El colegiado argentino atendió la situación y acabó por decretar pena máxima, la primera en una final en la historia del videoarbitraje. El delantero del Atlético de Madrid no lo desaprovechó y anotó el gol.
Sin hacer nada extraordinario, Francia volvía a tomar la delantera y castigaba a una Croacia. Una galopada de Mbappe abortada por Subasic dio paso al salto al campo de cuatro "espontáneos" rápidamente reducidos y acabó con gol de Pogba (m.59).
Luego Mbappe marcó el 4-1 con más de veinte minutos por delante. La final estaba decantada mucho antes de lo esperado.
Pero un clamoroso error de Hugo Lloris ante Mandzukic, que nunca perdona una carrera y un intento de presión, permitió al delantero de Juventus dar una mínima luz de esperanza al cuadro balcánico (4-2), y restar tranquilidad a Francia, pero al final Croacia cayó con el nuevo campeón del Mundo.
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