Entre el baile de cifras astronómicas que gira en torno a un megaevento como Rusia 2018 hoy se confirmó una que está destinada a entrar en la historia de los Mundiales de fútbol: 45 años y cinco meses.
Es la edad del legendario arquero y capitán de Egipto, Essam El Hadary, que se convirtió hoy en su debut mundialista frente a Arabia Saudí en el futbolista más veterano en saltar a la cancha en 88 años de historia del torneo.
Sumó así en más de dos años a otro arquero, el colombiano Faryd Mondragón, dueño hasta ahora de ese récord por haber jugado en la victoria por 4-1 de su país sobre Japón en Brasil 2014 a los 43 años y tres días.
Y no sólo eso. En el tercer partido del Grupo A y sabiendo que ya jugaban eliminados tras caer en los dos primeros partidos con Mohamed El Shenawy como titular en el arco, los egipcios perdieron en el último minuto por 2-1 pero al menos se llevaron la alegría de la actuación estelar de El Hadary, que demostró sus reflejos una última vez desviando al palo un penal ejecutado por Fahad Al Muwallad y evitando el empate parte parcial saudí a los 39'.
La lucha de El Hadary duró más años que la vida entera de muchos de los futbolistas que juegan en Rusia 2018 y generó más títulos que muchas de las selecciones participantes: aunque el mundo se fije en él ahora, el portero lleva décadas convertido en uno de los jugadores árabes y africanos más célebres y laureados.
"Seré el hombre más feliz del mundo", comentaba el egipcio antes del debut sobre las sensaciones que tendría al saltar al campo. "Jugué y gané muchos partidos, recibí muchos premios, pero trabajé muy duro durante 25 años y siempre aspiré a jugar un Mundial".
Nacido el 15 de enero de 1973, el fornido arquero de 1,88 metros de altura debutó en primera división en 1993. Tres años más tarde fichó por el club egipcio Al-Ahly y debutó en la selección nacional, con la que suma ya 159 partidos.
Su lista de títulos incluye nueve Ligas y cuatro Copas egipcias, cuatro Ligas de Campeones de África, tres Supercopas de África y dos Supercopas Árabes, además de dos Copas Africanas con la selección en 2006 y 2010 y la Medalla de Oro en los Juegos Panárabes de 2007.
En el camino se dio incluso el gusto de marcar un gol para el recuerdo con un disparo desde 50 metros en la Supercopa de África de 2002 frente a Sudáfrica.
Hasta hoy, sólo el Mundial se le había resistido, con las dolorosas eliminaciones para Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Y el sueño pareció acabar para siempre cuando el entonces técnico Bob Bradley optó por un portero más joven y El Hadary anunció su retiro en 2013.
Pero la experiencia terminó imponiéndose y El Hadary volvió, recuperó su lugar como capitán y titular de la mano del argentino Héctor Cúper y fue uno de los jugadores cruciales en el camino a Rusia 2018 junto con el goleador Mohamed Salah, la mayor estrella de Egipto en años.
"Toca levantarse y aplaudir", escribió en Twitter el español Iker Casillas, otra leyenda del arco, al ver que El Hadary confirmaba su intención de jugar el Mundial. La admiración es mutua también con el italiano Gianluigi Buffon.
Padre de cinco hijos y musulmán creyente que peregrinó a La Meca, el arquero actual del Al-Taawoun de Arabia Saudí cumplió por fin su sueño logrando que Egipto disputara un Mundial después de 28 años.
Y El Hadary siempre quiso aportar algo más que madurez. "He convivido con tres generaciones de jugadores, todas diferentes", rememoró antes de que el balón comience a girar en Rusia, "pero esta generación es maravillosa. Me siento como ellos, como si tuviera 20 años".
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