Marruecos aprovechó dos errores de Serbia para superar su primera prueba de nivel con vistas al Mundial, donde compartirá grupo con España, en un competido amistoso disputado en Turín.
El encuentro puso frente a frente a dos selecciones que viven realidades opuestas: la norteafricana, con la continuidad como norma y una columna vertebral definida, y la balcánica, que busca construir una identidad en tiempo récord.
Fue el primer partido que dirigió con plenos poderes el seleccionador serbio Mladen Krstajic, que ejerció como interino entre octubre y diciembre.
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