sábado, 21 de junio de 2014

La otra estética del Mundial brasileño Barbas, rastas y tatuajes de la Copa

Barbas cuidadas o largas, sienes rapadas, flequillos elevados, tatuajes: los futbolistas del Mundial de Brasil están marcando tendencias estéticas ante millones de espectadores de todo el mundo.
El portugués Raúl Meireles es el perfecto ejemplo de la pasarela que supone el torneo: el mediocentro luce en Brasil cual auténtico mohicano. La cresta que adorna su cabeza, unida a su barba de náufrago y a sus tatuajes de pirata, lo convierten quizás en la imagen más extravagante de la Copa del Mundo.

El Mundial es el escaparate perfecto para que los jugadores vendan sus habilidades futbolísticas y, al mismo tiempo, la imagen que muchos de ellos ya prestan a precio de oro a marcas de alta costura, ropa interior y cosmética.
El portugués Cristiano Ronaldo, el argentino Lionel Messi y el español Xabi Alonso son modelos de lo más cotizados. Alonso es uno de los mejores representantes de la barba cuidada que tanto está de moda.
El italiano Andrea Pirlo optó, sin embargo, por dejarse crecer la barba desde hace poco tiempo. Las fotos del centrocampista en el Mundial de Sudáfrica 2010 muestran a un jugador con la tez rasurada. En Brasil luce un look más salvaje y selvático, inspirado en el actor Chuck Norris, según sus compañeros de selección.
"Me afeité más y la barba comenzó a crecer. Entonces me dijeron mi mujer y mis amigos que me quedaba bien y me la dejé así”, dijo Pirlo el año pasado.
Pero su barba, como la del francés Karim Benzema o la de Alonso, no pueden competir con la del portero estadounidense Tim Howard. El arquero, al igual que su colega argelino Rais M’Bolhi, luce una barba de lo más prominente y la combina con una cabeza completamente afeitada.
Con un corte clásico ligeramente despeinado en la frente y barba pulida, el centrocampista de Italia Claudio Marchisio lidera el grupo de los más atractivos, junto a los españoles Alonso y Gerard Piqué y el holandés Robin van Persie, canoso y sin barba.
Cosmopolita como es, Estados Unidos se precia de contar en su selección con una propuesta estética de lo más variada: tanto Howard como el "hippie”, Kyle Beckerman con sus largas rastas o Graham Zusi con su media melena y su barba cuidadamente desaliñadas no desentonarían en los locales más "in” de Brooklyn.
Tampoco lo haría el delantero griego Giorgos Samaras, con su lacia melena y su barba pretendidamente naturales, que dan la impresión de que detrás no hay dedicadas horas de cuidado y atención.
Ni un minuto parece haber perdido, en cambio, el belga Marouane Fellaini en aliñar su mata de pelo "afro”, que le ayudó a marcar su tanto de cabeza frente a Argelia. Como el defensa brasileño David Luiz y unos cuantos mundialistas más, el delantero de Bélgica sigue la moda impuesta por el colombiano Carlos Alberto Valderrama en los años 80 y 90 del siglo pasado.
Sin embargo, las crestas ganan a los "afros” y a las barbas en Brasil 2014 y son ya el look más repetido entre los futbolistas más atrevidos. El modelo de cresta está inspirado en el que inició hace ya tiempo el italiano Mario Balotelli.
Ahí se mantiene el delantero del Milan, autor de un gol en el estreno ante Inglaterra, aunque más discreto en cuestiones de cabello en este torneo que en otras ocasiones.
También el delantero de Ghana Asamoah Gyan pasea una versión ligera de ese corte: un poco más de pelo en los laterales y una cresta menos definida, quizá porque la camiseta de su selección, tan ceñida al cuerpo y con los colores y motivos del país africano alrededor del cuello, ya es lo suficientemente llamativa.
Algo similar le sucede a Didier Drogba, cuya imponente figura destaca aún más en esa simple pero espectacular zamarra naranja que la firma Puma diseñó para marcar todos los músculos de los atléticos jugadores de Costa de Marfil. El rapado lateral con coleta y la barba descuidada que exhibe el veterano delantero del Galatasaray son apenas un añadido casi superfluo.
El argentino Sergio Agüero también llevó a Brasil su versión "canalla”: flequillo suelto y tatuajes escritos en caracteres árabes en su brazo. (DPA)

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