lunes, 27 de enero de 2014

Nacionalizados, un dolor de cabeza para la FIFA

El 17 de marzo de 2004 el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, declaró que “es imprescindible detener esta práctica”, en referencia a las consecuencias que trajo lo establecido en el Congreso Extraordinario del 19 de octubre de 2003, en Doha, donde se definió que para que un futbolista pudiera jugar para otra selección que no era de su nacimiento, tan sólo era necesario que el jugador no hubiera participado nunca con la selección del país de origen y que contara con la nacionalidad del país para el que pretende vestir la camiseta.

Ese año el director técnico de la selección de Qatar, francés Philippe Troussier, pretendió armar un plantel de nacionalizados brasileños que incluía a Ailton, de Werder Bremen, y Dede y Leandro, de Borussia Dortmund, para pelear la clasificación al Mundial de 2006, a cambio de un millón de dólares para cada uno. Este hecho prendió la alarma y la FIFA definió poner freno a las “nacionalizaciones por conveniencia”, un dolor de cabeza que hasta ahora no encontró la forma de poner freno.

Desde el 2004 hasta la fecha hubo varios cambios en los estatutos de la FIFA para normar las nacionalizaciones pero básicamente un jugador puede adquirir una nueva nacionalidad si no ha jugado en un partido en una competición oficial, o nació en el territorio de la asociación o tiene relación parental con el país, o vivió menos de cinco años en el territorio en cuestión.

Desde ese año hasta la fecha hubo en el mundo una gran cantidad de jugadores nacionalizados, como los argentinos Mauro Camoranesi y Daniel Osvaldo, para vestir la camiseta de Italia; Deco y Pepe, que jugaron por Portugal; Lucas Barrios para integrarse al seleccionado paraguayo, o los 17 hijos de argelinos, pero nacidos en Francia, que se nacionalizaron para reforzar al seleccionado de Argelia en el Mundial de Sudáfrica 2010.

Pero en estos últimos años ningún caso fue tan polémico como la puja entre la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por el delantero brasileño Diego Costa, quien en 2013 jugó dos amistosos con el equipo de Luiz Felipe Scolari y unos meses después optó por ser el naturalizado número 39 de la Roja, teniendo en cuenta que para el jugador el Mundial más que una obsesión, parece ser una conveniencia.

Costa, que tuvo su paso por Celta (2007), Albacete (2008) y Valladolid (2009) explotó el 2012 en su paso por Atlético de Madrid, de la mano del técnico argentino Diego Simeone. Los entrenadores brasileños se acordaron de él cuando se supo que Vicente del Bosque, estratega de la selección española, lo tenía en sus planes. Entonces Costa tomó la decisión de jugar por España, cuando se sintió relegado por Brasil en la última Copa de las Confederaciones, torneo oficial en el que los pentacampeones pudieron asegurarlo para siempre porque era suficiente con que juegue un solo minuto, pero no fue así.

La FIFA avaló el cambio de asociación solicitado por Costa lo que provocó la ira brasileña. “En un año, dos o cinco, probablemente un país cualquiera contrate veinte jugadores y haga una selección. Puede jugar cinco, diez, cien amistosos y en el 101 haga un partido oficial por un país y la FIFA lo va a reconocer. Lo encuentro extraño”, declaró Felipao Scolari.

Según un análisis que hace la página canchallena, la FIFA no actuó con España con la misma rigidez que lo hizo con otras selecciones, como por ejemplo México, que no pudo incorporar al argentino Rubens Sambueza para el último repechaje mundialista ante Nueva Zelanda, porque éste había jugado con Argentina el Mundial Sub-20 de Trinidad y Tobago, en 2001.

El ex River se vio perjudicado por una reglamentación actual del Estatuto de la FIFA en el que señala que “un jugador podrá ejercer el derecho a cambiar de asociación sólo si no ha jugado en un partido internacional ‘A’ de una competición oficial representando a la asociación en que se encuentra, y si en el momento de su primera participación, parcial o completa, en un partido internacional de una competición oficial representando a la asociación en que se encuentra ya posee la nacionalidad del país cuya asociación solicita la habilitación”; tomando en cuenta que Sambueza no tiene cinco años viviendo en México.

La FIFA si permitió a Costa cambiar de nacionalidad ateniéndose a que vivió cinco años continuos en España, pero la pregunta es cómo el jugador obtuvo su nacionalidad española, si para lograrla una persona debe vivir en ese país por al menos 10 años, tiempo que el jugador aún no alcanzó.

36 Extranjeros

Defendieron a Bolivia, desde Raúl Fernández (1943) hasta Pablo Escobar (2008), de los de los cuales 29 futbolistas son de origen argentino, 5 paraguayos, 1 chileno y un brasileño. El último naturalizado que fue llamado al seleccionado boliviano fue el paraguayo Pablo Escobar.



ESTATUTOS DE LA FIFA ACTUALIZADOS EN JULIO DE 2013

Cambio de asociación

1. Si un jugador posee más de una nacionalidad, adopta la nacionalidad de otro país o, al poseer varias nacionalidades, se le puede seleccionar para varios equipos representativos, podrá ejercer, sólo una vez, el derecho a solicitar la habilitación para jugar partidos internacionales con otra asociación de la cual posea la nacionalidad, bajo las condiciones que se estipulan a continuación: a) Un jugador podrá ejercer el derecho a cambiar de asociación sólo si no ha jugado (parcial o completamente) en un partido internacional ‘A’ de una competición oficial representando a la asociación en que se encuentra, y si en el momento de su primera participación, parcial o completa, en un partido internacional de una competición oficial representando a la asociación en que se encuentra ya posee la nacionalidad del país para cuya asociación solicita la habilitación. b) Un jugador que cambia de asociación no podrá jugar con su nueva asociación en ninguna competición en la que haya jugado con la asociación anterior.

2. Un jugador que, por decisión de una autoridad estatal pierda definitivamente y contra su voluntad la nacionalidad del país para el que ha jugado un partido internacional, podrá solicitar la autorización para jugar con otra asociación de la cual posea o adopte la nacionalidad.

3. Un jugador que desee ejercer el derecho a cambiar de asociación, deberá someter a la Secretaría General de la FIFA una solicitud por escrito debidamente fundamentada. La Comisión del Estatuto del Jugador tomará una decisión sobre esta solicitud. Una vez que se haya sometido la solicitud, el jugador no podrá jugar con ningún equipo representativo hasta que su solicitud haya sido tramitada.



A JUGADORES LOCALES

Nacionalizados quitan espacio

Si bien un jugador naturalizado podría ser de gran ayuda para una selección nacional si se toma en cuenta sus condiciones futbolísticas, no todos están contentos con la idea, tal es el caso de los jugadores del país, quienes piensan que se les quita un cupo para estar dentro de sus selecciones e incluso dentro de los clubes ligueros.

Un claro ejemplo es el fútbol mexicano en el que para el torneo Clausura 2014 tendrá la mayor cifra de nacionalizados de los últimos años con 34 jugadores de Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos y Paraguay, registrados por los 18 clubes.

Un hecho preocupante para los jugadores nacidos en México, sobre todo si se toma en cuenta que en el club que es el yacimiento de la selección nacional por muchos años “Pumas”, este año tiene tres naturalizados que pueden jugar como mexicanos, Daniel Ludueña, Darío Verón y Leandro Augusto; además tiene cinco extranjeros: Martín Romagnoli, Dante López, Martín Bravo, Ismael Sosa, Diego Lagos; y un mexicoamericano como Bernabé Magaña, dejando sólo dos plazas para mexicanos por nacimiento.

Los análisis de los medios mexicanos señalan que si todos los clubes mexicanos siguieran los pasos del Pumas, los seleccionadores no tendrían de donde elegir a los jugadores que conformen su selección nacional, o bien tendrían que jugar con un seleccionado meramente con naturalizados.



REQUISITOS

Reglas aún válidas

Desde el 2004 hasta la fecha hubo varios cambios en los estatutos de la FIFA para normar las nacionalizaciones y según el estatuto de la FIFA, en su artículo 17, la adquisición de una nueva nacionalidad, establece que un jugador que desee una nueva nacionalidad y que no ha jugado fútbol internacional (en un partido en una competición oficial) será elegible para jugar en el equipo de su segundo país, siempre y cuando: a) Nació en el territorio de la asociación en cuestión; b) Su madre o el padre biológico nació en el territorio de la asociación en cuestión; c) Su abuela o abuelo nació en el territorio de la asociación en cuestión; y d) El jugador ha vivido al menos durante cinco años después de llegar a la edad de 18 años en el territorio de la asociación en cuestión (esta disposición fue amplia en 2008, porque antes el requisito era de dos años).

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