La gobernación de Río de Janeiro decidió preservar la histórica edificación en la que funcionó el Museo del Indio y ocupada por indígenas, que sería demolida dentro de los planes de modernización del vecino estadio Maracaná con el fin de adaptarlo para el Mundial de fútbol que Brasil organizará el 2014.
La preservación del palacete de 1850 fue anunciado ayer por la gobernación de Río de Janeiro tras la intensa polémica generada por el anuncio de que sería demolido, una decisión criticada hasta por el Ministerio de Cultura, debido al valor histórico de la edificación.
Tras el anuncio de que el palacete sería demolido, la ocupación fue reforzada por otros indios, que se atrincheraron en el local desde un primer intento de la policía de desalojarlos y anunciaron que pretenden convertir la propiedad en universidad para indios.
Según la asesoría de prensa de la gobernación de Río de Janeiro, el gobernador Sergio Cabral optó por preservar la edificación y declararla como patrimonio histórico de la ciudad, pero exigió que los indios la desocupen. También anunció que la construcción, en estado de deterioro, será remodelada por la misma empresa que se adjudique la concesión para administrar el Maracaná después del Mundial.
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