A 800 días del inicio del Mundial Brasil-2014, la ley exigida por la FIFA para la venta de cerveza en los estadios aún no fue aprobada, mientras que muchas obras de infraestructura previstas para el evento están atrasadas y podrían no estar listas a tiempo.
"Esperamos actos y no sólo palabras" de Brasil, lanzó el viernes pasado Joseph Blatter, presidente de la FIFA, que ha criticado los preparativos de la Copa en varias oportunidades, pero también ha manifestado su confianza en que todo estará listo para la inauguración del torneo, el 12 de junio en Sao Paulo.
Para el experto en fútbol Marcos Guterman, se repetirá la historia del Mundial de 1950, el primero celebrado en el país, cuando "a pocas horas de la inauguración estaban echando la última mano de pintura".
La Copa de 2014 será "un Mundial de pintura fresca", dijo a la AFP Guterman, autor del libro "El fútbol explica Brasil".
"Brasil va a hacer la Copa y va a ser un gran espectáculo. La FIFA entregó la Copa a Brasil sabiendo de las dificultades, (sabiendo) que no sería un paseo. En los '50, (Brasil) hizo un estadio de la nada (el mítico Maracaná) y construyó otros. Brasil hizo la Copa como seguro la hará ahora", concluyó.
La ley de la Copa representa por ahora el principal dolor de cabeza de la FIFA, que espera su aprobación desde 2007 para cumplir con las exigencias de uno de sus auspiciantes, la cervecera Budweiser, y garantizar la venta de alcohol en los estadios, prohibida en Brasil por ley.
La semana pasada el proyecto de ley exigido por la FIFA fue finalmente aprobado en la Cámara de Diputados, tras varios aplazamientos. Pero aún no hay fecha para su debate y votación en el plenario del Senado.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, visitará la próxima semana el Senado brasileño para discutir el proyecto de ley, en su primer viaje al país tras declarar que Brasil necesita "una patada en el culo" para avanzar en los preparativos de la Copa.
El texto aprobado en Diputados suspende el artículo del "Estatuto del Hincha" que prohíbe el comercio de alcohol en los estadios durante la celebración de las copas de las Confederaciones-2013 y del Mundo en 2014. El gobierno confía en que es suficiente para cumplir con las exigencias de la FIFA.
Pero antes de respirar aliviada, la FIFA debe esclarecer si está obligada a negociar por separado con los estados sedes que tienen leyes regionales que prohíben la venta de bebidas, como sostienen algunos parlamentarios.
Un punto "que se pudo haber resuelto (en la Cámara de Diputados) y ahora es un problema más", lamentó en Zúrich el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), José Maria Marin.
La FIFA y el gobierno confían en que los estadios estarán a tiempo para el puntapié inicial del Mundial. Pero teme retrasos en las grandes obras de modernización de aeropuertos y de la red de transporte urbano que, según expertos, podrían estar listas inclusive después de terminado el torneo.
El Sindicato de Arquitectura e Ingeniería de Sao Paulo (Sinaenco), que monitorea de forma independiente las obras de la Copa, estima que Brasil --que espera unos cuatro millones de turistas durante el Mundial-- demorará unos 10 años para tener una red aeroportuaria en buenas condiciones.
Recién en febrero el gobierno otorgó la concesión a privados de las tres principales terminales aéreas del país, dos en Sao Paulo (Guarulhos y Viracopos) y una en Brasilia, que concentran el 30% del volumen de pasajeros. En Rio de Janeiro, los trabajos de reformas de las terminales y pista del aeropuerto internacional deben finalizar en diciembre de 2013, luego de la Copa de las Confederaciones.
"Lo único que no se atrasa en Brasil es el partido de fútbol. A la hora exacta suena el pito. Entregaremos las obras esenciales de los estadios y movilidad urbana" a tiempo para la Copa, confió no obstante el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.
AFP
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