La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pidió ayer al Congreso dar prioridad a la votación de la ley que reglamenta aspectos del Mundial de Fútbol que su país organizará en el 2014, como la venta de bebidas en los estadios y la exclusividad para la FIFA en diferentes acuerdos comerciales.
La prioridad en la aprobación de la llamada Ley General del Mundial fue solicitada en la reunión de ayer con algunos ministros y colaboradores, dijo el ministro de Deportes, Aldo Rebelo.
Precisó que Brasil se comprometió a permitir la venta de bebidas alcohólicas en los estadios durante el Mundial pese a que en este país es prohibido.
El atraso en la aprobación de las garantías ofrecidas por Brasil a la FIFA en relación con la organización del próximo Mundial venía provocando divergencias entre ambas partes y generó un conflicto que el propio presidente de la entidad, Joseph Blatter, tuvo que resolver el pasado viernes en visita a Brasilia. La reunión se produjo luego de que el Gobierno de Rousseff reaccionara enérgicamente a unas declaraciones en las que el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo que Brasil necesita de una "patada en el trasero" para agilizar los trabajos.
Tras la reunión, Blatter aseguró que Rousseff le garantizó que Brasil respetará "todos los compromisos asumidos con la FIFA", incluido el de permitir la venta de cerveza en los estadios, que es uno de los puntos que más rechazo genera en el Parlamento.
"La resistencia a la bebida está relacionada a convicciones personales, morales y religiosas que el Gobierno respeta. Pero tenemos que cumplir compromisos que asumimos", dijo el ministro.
Para el presidente de la Cámara Baja, diputado Arlindo Chinaglia, que también participó en la reunión de ayer con Rousseff, la ley por la que Brasil garantiza el cumplimiento de todos sus compromisos podrá ser aprobada esta misma semana.
"Lo principal en la visión del Gobierno es que un país como el nuestro no puede dejar de cumplir compromisos internacionales asumidos", dijo el parlamentario.
APUNTE
Reanudan obras
La firma de un contrato ayer entre el club Internacional y la constructora Andrade Gutiérrez permitirá reanudar esta misma semana, tras 260 días de paro, las obras de remodelación del estadio Beira-Rio de Porto Alegre, uno de los escogidos para el Mundial que Brasil organizará en 2014.
La suscripción del contrato en una ceremonia de gala con autoridades regionales y municipales fue conmemorada ayer por el Internacional en su página en Internet.
De acuerdo con la nota, los miembros de la asociación garantizaron que las obras serán concluidas en diciembre de 2013, en el plazo establecido por la FIFA y a tiempo para que Porto Alegre pueda confirmarse como una de las 12 ciudades de Brasil que contarán con partidos mundialistas.
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