El exinternacional brasileño Ronaldo Nazário de Lima no tuvo un ataque epiléptico antes de la final del Mundial de Francia 1998 que Brasil perdió ante el equipo anfitrión, sino que sufrió una crisis cardíaca, según el cardiólogo italiano Bruno Carù.
El médico hace esta revelación en una entrevista para el programa "La tribù del calcio", que se emite hoy en la plataforma italiana de televisión de pago Mediaset Premium y en la que atribuye a la inadecuada medicación suministrada a Ronaldo como consecuencia de un mal diagnóstico el evidente malestar del jugador durante y después de la final.
Carù asegura haber examinado toda la documentación médica recogida por Piero Volpi, médico enviado a París por el Inter de Milán (en la época equipo de Ronaldo), tras los problemas acusados por el futbolista durante la concentración de Brasil antes de la final con Francia, en la que los sudamericanos cayeron derrotados por 3 a 0.
"Ocurrió que Ronaldo se tendió sobre la cama para seguir el Gran Premio de Fórmula 1 y sin darse cuenta, con el paso del tiempo, torció la cabeza de modo antinatural, comprimiendo a la altura del cuello el glomus carotídeo, un pequeño órgano responsable de los mecanismos reflejos de la regulación de la frecuencia cardíaca y de la presión", afirma el cardiólogo.
Según Carù, Ronaldo tuvo una bajada repentina en la frecuencia cardíaca y en la presión arterial y se desmayó como fruto de las convulsiones, de las que dio aviso su compañero de habitación en ese momento, el exmadridista Roberto Carlos.
"El jugador se sometió a una serie completa de pruebas, pero, como nosotros los médicos sabemos bien, un neurólogo no pierde el tiempo estudiando un electrocardiograma, algo que, sin embargo, hicimos el doctor Volpi y yo cuando el médico del Inter volvió de París con toda la documentación del caso", indica el médico.
"El electrocardiograma que se le hizo en el hospital muestra cómo Ronaldo, una vez superada la crisis, tenía una frecuencia cardíaca de 18 pulsaciones por minuto. Esto significa que en el momento de la crisis había estado prácticamente sin actividad eléctrica y mecánica del corazón", añade.
Carù asegura que los médicos que atendieron entonces a Ronaldo se posicionaron a favor de la hipótesis de la crisis epiléptica lanzada por un compañero del futbolista y suministraron al jugador "una medicina potente, óptima para la epilepsia, pero no para los problemas de corazón".
Se trataba de un "sedante muy fuerte", que causa la reducción e inhibición al máximo de la actividad cerebral, lo que, según el doctor, justifica la "más que pésima" final jugada por Ronaldo y el hecho de que se le pudiera ver al bajar del avión que lo llevó a Brasil casi "como un borracho incapaz de tenerse en pie y de mantenerse en equilibrio".
La alineación de Ronaldo para la final del Mundial de Francia encontró un amplio rechazo médico en Brasil y se llegó a apuntar a un supuesto "clima tenso" en el seno de la selección brasileña como causa del problema de salud que padeció el delantero antes del encuentro.
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