El conflicto étnico entre los miembros croatas, serbios y musulmanes de la Federación de Fútbol de Bosnia-Herzegovina ha provocado ayer que la institución se niegue a modificar sus estatutos, tal y como habían exigido la UEFA y la FIFA, una postura que puede provocar su expulsión de estos órganos.
La principal reclamación de la UEFA y de la FIFA es que la Federación bosnia abandone el actual sistema rotativo de la presidencia, que es ocupada sucesivamente por un serbio, un musulmán y un croata, las tres principales etnias del país.
La Asamblea de la Federación celebró ayer una reunión extraordinaria en la que 28 delegados (los serbios y croatas) votaron en contra y 22 (los musulmanes) a favor de esa reforma estatuaria.
Ya a principios de mes, la Federación del ente serbio de Bosnia rechazó la introducción de un único presidente nacional, argumentando que ese cambio mermaría “derechos democráticos fundamentales”.
Ahora, la UEFA y la FIFA deben decidir el 1 de abril si la Federación bosnia queda expulsada, lo que impediría tanto a la selección nacional como a los clubes participar en competiciones oficiales, incluida la ronda de calificación para la Eurocopa de 2012.
Además, la suspensión significaría el corte de la ayuda financiera al fútbol bosnio por parte de la UEFA y de la FIFA, así como de todos los proyectos de apoyo a este deporte.
Personalidades como Meho Kodro, ex jugador de Barcelona y ex seleccionador de Bosnia-Herzegovina, mostró su sorpresa por la decisión de la Federación.
Kodro aseguró incluso que quizás esto sea “lo mejor” para que lleguen a la Federación personas nuevas “que desean el bien a su selección y que por fin cambie algo”, declaró.
Durante la reunión de la Federación, grupos de hinchas protestaron frente a la sede y pidieron la dimisión de todos sus directivos.
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