Karim Benzema fue el mejor francés en el amistoso contra Brasil, marcó el tanto de la victoria de su equipo, gozó de las mejores ocasiones y recuperó una sonrisa que parece tener vetada en el Real Madrid.
Con el "10" a la espalda, el francés recuperó el tono que parece no encontrar con el "9" que viste en el Real Madrid, donde ha perdido la confianza de su entrenador, José Mourinho, quien no paró de pedir otro delantero tras la lesión del argentino Gonzalo Higuaín.
El jugador se reencontró con el gol en la selección francesa, con la que suma ya doce dianas y volvió a ser el mejor exponente del ataque de su equipo. De sus botas salieron las mejores ocasiones, pero unos milímetros unas veces y la gran actuación de Julio Cesar en la mayoría le privaron de una noche más sonada.
Demostró una vez más que se siente más cómodo en manos de Laurent Blanc que en las de Mourinho, más suelto con la casaca "bleu" que con las ataduras que supone la exigencia blanca.
Fue una amenaza constante a la defensa de Brasil y provocó la expulsión de Hernanes que cambió el signo del encuentro, hasta ese momento dominado por la "canarinha".
Con uno más, Benzema se echó el equipo a la espalda y se metió a la afición en el bolsillo. Volvió a ser decisivo con su selección, el hombre providencial que está marcando los primeros compases de la era de Laurent Blanc.
Ha marcado el tanto decisivo en los tres últimos encuentros de Francia y desde otoño lleva cuatro goles con la selección, frente a los dos que ha conseguido en los 20 partidos en los que ha participado con el Madrid.
Benzema se consolida como la estrella de una Francia que busca su identidad y Blanc parece mantenerle la confianza pese a que el jugador no es indiscutible en su club.
"Necesita minutos para ganar confianza y confianza para lograr los goles que le darán más minutos", resumió el seleccionador la paradoja que no logra resolver Benzema en el Madrid.
En Francia lo tiene más fácil porque no parece que por el momento asome ningún delantero que le haga sombra.
Si la cara es el espejo del alma, la de Benzema al salir del campo en el minuto 86 mostraba satisfacción. Disfrutaba de la ovación de su público y sonreía como hace tiempo que el Bernabéu no le ha visto reír.
Nada que ver con el futbolista apático que ha agotado la paciencia de muchos aficionados madridistas. En Francia tiene el viento a favor. Y el "10" que le da las alas que le faltan con el "9" blanco.
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