Qatar, designado en diciembre para organizar el Mundial de fútbol 2022, tiene problemas para explicar la poca asistencia de público a sus estadios durante la Copa de Asia de Naciones, una piedra más en el jardín de un país muy criticado tras la polémica elección de la FIFA.
Desde que la Federación Internacional de fútbol (FIFA) decidiera, para sorpresa general, atribuirle la organización de esa Copa del mundo al rico y minúsculo emirato del Golfo Pérsico, ya se levantaron voces pidiendo que el torneo se jugase en el invierno (boreal) y no durante el verano, en que el calor es insoportable en la región.
Esta vez, es el poco impacto popular de la futura manifestación deportiva el blanco de las especulaciones, dado que la frecuentación a los estadios durante la actual Copa de Asia no hace otra cosa que alimentar temores. El domingo, en el Khalifa Stadium de Doha, con capacidad para unas 40.000 personas, había unas 12.000 butacas vacías. /EFE
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