El deporte y la política se mezclan dentro de la puja por las sedes de los mundiales de fútbol de 2018 y 2022.
El primer ministro británico David Cameron, el príncipe Guillermo y David Beckham llegaron a Zurich para apuntalar la candidatura de Inglaterra por el campeonato de 2018, obligados a tratar de atenuar el daño que pudo haber provocado una investigación de la BBC sobre presuntos sobornos de miembros del comité ejecutivo de la FIFA.
"Tengo un solo objetivo aquí y ese es llevar el Mundial a Inglaterra", dijo Cameron.
Es poco probable que el primer ministro ruso Vladimir Putin viaje a Zurich antes del voto del jueves. Su portavoz Dmitry Peskov dijo que Putin tiene previsto una visita ese día a Kaliningrad, en el extremo oeste del país.
Estados Unidos también cuenta con figuras de la alta esfera política. El secretario de Justicia Eric Holder acompañará al ex presidente Bill Clinton en la sede de la FIFA el miércoles, cuando los cinco candidatos de la sede de 2022 harán sus últimas presentaciones de 30 minutos.
Australia será representada por la gobernadora general Quentin Bryce. La funcionaria se reunió el martes con el presidente de la FIFA Joseph Blatter.
En medio del ajetreo de las últimos días de campaña, la FIFA descartó cualquier tipo de investigación luego que la BBC denunció que tres miembros del organismo recibieron sobornos de la ex empresa de mercadeo de la entidad rectora del fútbol mundial.
La FIFA indicó que el asunto que involucra a la empresa ISL/ISMM es un caso viejo que ya fue juzgado.
Panorama, un programa de la BBC, aseguró el lunes que el presidente de la Conmebol, Nicolás Leoz; el máximo jerarca del fútbol brasileño, Ricardo Teixeira; y el jefe de la confederación africana, Issa Hayatou, recibieron pagos de ISL/ISMM.
Pero el Comité Olímpico Internacional anunció que su comisión de ética abrirá un expediente en cuanto a Hayatou, miembro del COI desde 2001.
Además, la FIFA trataba de resolver el conflicto sobre si Oceanía, su confederación más pequeña, podrá votar el jueves.
Oceanía quiere reemplazar a su suspendido presidente Reynald Temarii, a quien la FIFA inhabilitó por manejos irregulares.
Temarii se ha mostrado reticente a renunciar a su derecho de radicar una apelación, lo cual la FIFA exige previo a permitir que su número dos, David Chung de Papua Nueva Guinea, pueda reemplazarlo.
La presencia de Chung elevaría a 23 el número de votos y podría ser el fiel de la balanza en una reñida elección para ambos torneos.
Los líderes de las candidatura conjunta de España-Portugal calculan que tienen asegurados los ocho votos de primera ronda para la puja de 2018, en la que se enfrentan con Inglaterra, Rusia y Bélgica-Holanda.
La candidatura de 2022 tiene como rivales a Estados Unidos y Australia contra Japón, Corea del Sur y Qatar. La FIFA investigó, pero no encontró pruebas que España-Portugal y Qatar pactaron intercambiar votos.
Con todo muy reñido, la intervención de políticos podría ser decisiva.
Cameron se reunió con Jack Warner, un vicepresidente de la FIFA que a la vez es el presidente de la CONCACAF, quien se vio involucrado en un escándalo aireado por la BBC sobre reventa de entradas previo al Mundial de Sudáfrica. Warner, de Trinidad y Tobago, puede influir en los tres votos de la CONCACAF, los cuales serían cruciales para las aspiraciones de Inglaterra.
La FIFA requiere el apoyo completo del gobierno en el financiamiento de la Copa del Mundo, además de exenciones fiscales durante el torneo.
Putin ya le garantizó a la FIFA que Rusia no pedirá visas para los aficionados extranjeros con entradas.
Aunque la FIFA prohibe que los rivales se critican mutuamente, el ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko, se manifestó sorprendido que España-Portugal parezca estar tan fuerte pese a una campaña discreta en los meses previos.
Mutko dijo que los rusos aceptaron invitaciones a "cada convención posible" y están "muy preocupados" sobre posibles alianzas para intercambiar votos.
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