Johannesburgo / EFE.- Los conductores cubren sus retrovisores con los colores de la bandera nacional, las cajeras de los supermercados visten zamarras de los equipos mundialistas, políticos y ciudadanos de a pie se enfundan cada viernes la camiseta de los Bafana Bafana y en alguna iglesia los feligreses utilizan vuvuzelas para decir amén.
Las zapaterías venden calzados estampados con los colores de los equipos mundialistas, bares y restaurantes se adornan con las 32 banderas de los países clasificados, proliferan las apuestas y los pronósticos en internet, y los aficionados se saludan unos a otros preguntándose si ya tienen entradas para el Mundial.
Queda un mes, uno sólo, para que el balón eche a rodar, y entretanto, miles y miles de sudafricanos hacen cola para fotografiarse junto al trofeo del Mundial, que ya recorre el país después de haber visitado los cinco continentes y que llegará a Johannesburgo el 6 de junio, donde esperará el abrazo del campeón.
Ganada para la causa a la población local, que se ha volcado en las anteriores semanas en las ventanillas de venta de entradas, de las que sólo quedan el 10 por ciento, según datos de la FIFA, la organización no tienen razones de peso para creer que Sudáfrica no organizará un gran campeonato.
En realidad, el país lleva mucho tiempo en esa situación, casi desde el momento mismo en que se le concedió la organización, en 2004, cuando comenzaron a arreciar las críticas y los pronósticos más agoreros que anticipaban un Mundial catastrófico, sin infraestructura y con unos índices de violencia desalentadores.
La inseguridad ciudadana sigue ahí, como un mal endémico del que se diría que a Sudáfrica le llevará décadas atajar, pero la organización, consciente de sus debilidades, ha puesto todo de su parte para que el Mundial no se convierta en una desagradable crónica de sucesos que desplace a los goles de los informativos.
“Estamos preparados para ofrecer un Mundial seguro no hoy, ni mañana, sino ayer”, aseguró el comisario de la Policía, el general Bheki Cele, quien detalló que las nueve sedes mundialistas estarán permanentemente vigiladas por unos 46.000 agentes.
Las Fuerzas Armadas han concluido sus ejercicios de entrenamiento y han puesto sus recursos al servicio del campeonato, Interpol ha aplaudido el plan de seguridad de Sudáfrica y ni siquiera las amenazas de grupos terroristas musulmanes o de extrema derecha han mermado la confianza de la organización.
Las frases
"Nuestro país está a punto de situarse bajo el microscopio y el escrutinio. Es una oportunidad de presentarse ante el mundo como un país avanzado y moderno”
Jacob Zuma / Presidente de Sudáfrica
"Estamos preparados para ofrecer un Mundial seguro no hoy, ni mañana, sino ayer. Las nueve sedes serán vigiladas por 46.000 agentes”
Bheki Cele / Comisario policial de Sudáfrica
30 jugadores debe incluir la lista de preseleccionados de los países que disputarán el Mundial de Sudáfrica. El plazo para ese registro vence hoy.
Las selecciones que ayer dieron a conocer sus nóminas preliminares son las de Nigeria, Ghana, España, Dinamarca y Portugal.
El seleccionador de Japón entregó la nómina definitiva de 23, como lo hizo su colega de Nueva Zelanda, mientras que el técnico uruguayo, Óscar Tabarez, anunció 26 citados.
El ahora DT de argentina niega todo
El hijo de Basile acusa a Maradona de conspirar
Alfio Basile, hijo del entrenador argentino de fútbol del mismo nombre, afirmó ayer que Diego Maradona conspiró para quedarse con el cargo de seleccionador argentino, que tenía su padre hasta 2008, cuando dimitió.
“Es la historia que todos conocen y nadie cuenta. Este señor (Maradona) habló con los jugadores para decirles que iba a ser el seleccionador. Y le salió bien…”, dijo “Alfito” Basile al diario deportivo Olé, de Buenos Aires.
Basile dimitió, sin aclarar los motivos, el 16 de octubre de 2008, horas después de la derrota de la selección argentina ante la de Chile (1-0) en la décima jornada de las eliminatorias sudamericanas del Mundial 2010.
El hijo del ex seleccionador insistió en que Maradona “llamó a jugadores insinuando que él sería el próximo técnico de la selección y que los tendría muy en cuenta”, y que eso ocurrió “durante todas las eliminatorias y no sólo antes del famoso partido con Chile”.
También recordó que Maradona no tiene el título de entrenador y dijo: “A un falso médico, cuando hace las veces de cirujano, se lo llevan preso”.
Diego Maradona, por su parte, negó mediante una carta que haya conspirado para quedarse con el cargo de seleccionador argentino que Alfio Basile ocupaba hasta octubre de 2008, como sostuvo el hijo de éste en Buenos Aires.
En una carta enviada a los medios de comunicación argentinos, Maradona indicó que “no hay nada más alejado de la realidad” que lo afirmado por “Alfito” Basile. “No sólo no es cierto: mis elogios y mis críticas a la selección, en cualquier ciclo, siempre fueron públicos. Y lo único que siempre quise es que a la selección le fuera bien”.
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