La policía tuvo que acudir en Sudáfrica a un centro de distribución de entradas para la Copa del Mundo cuando un intento de la FIFA por mejorar las malas ventas terminó con fanáticos furiosos por las demoras ocasionadas por problemas técnicos.
Una multitud se congregó en la entrada del centro de ventas en Ciudad del Cabo, uno de los 11 lugares abiertos el jueves en todo el país, y la situación terminó en gritos hacia los organizadores.
La policía fue llamada para mantener la calma.
Después de tres horas y media, sólo 32 de las cerca de 1.000 personas presentes lograron comprar boletos.
"Nadie nos ha dicho lo que está pasando. Nadie está dirigiendo al público afuera. Una actividad deportiva de una escuela primaria estaría mejor organizada que esto", dijo Theo Spangenberg, quien llevaba esperando 16 horas y no había podido entrar al centro de distribución. "Para un Mundial, un evento internacional de esta magnitud, esto ha sido una demostración muy mala".
La atmósfera de carnaval al comienzo del día, cuando los hinchas del país tuvieron la primera oportunidad de comprar algunas de las 500.000 entradas todavía disponibles, desapareció rápidamente en Ciudad del Cabo. Unas 300 entradas para la final serían vendidas a los primeros que llegaran.
Algunos fanáticos dentro del centro de ventas durmieron en el piso mientras esperaban que los atendieran.
Una representante de Match, la compañía contratada por la FIFA para administrar el proceso de venta de entradas, dijo que hubo problemas técnicos y señaló que no podía garantizar que todas las personas serían atendidas el jueves.
"Entiendo que hay mucha gente frustrada afuera, y hemos tenido algunos problemas técnicos porque es nuestro primer día", dijo Christa Venter.
La prensa local también reportó incidentes en la oficina de ventas en Pretoria.
Los centros de ventas abrieron en todo el país a las 9 a.m. (0700 GMT) para la última etapa de la venta. Miles de personas hicieron fila a las afueras del centro comercial Maponya en Soweto, cerca del estadio Soccer City donde se jugará la inauguración y la final del torneo.
La FIFA y los organizadores locales tratan de vender las 500.000 entradas restantes para el torneo que comienza el 11 de junio y así quieren evitar tener estadios medio vacíos.
Una multitud se congregó en la entrada del centro de ventas en Ciudad del Cabo, uno de los 11 lugares abiertos el jueves en todo el país, y la situación terminó en gritos hacia los organizadores.
La policía fue llamada para mantener la calma.
Después de tres horas y media, sólo 32 de las cerca de 1.000 personas presentes lograron comprar boletos.
"Nadie nos ha dicho lo que está pasando. Nadie está dirigiendo al público afuera. Una actividad deportiva de una escuela primaria estaría mejor organizada que esto", dijo Theo Spangenberg, quien llevaba esperando 16 horas y no había podido entrar al centro de distribución. "Para un Mundial, un evento internacional de esta magnitud, esto ha sido una demostración muy mala".
La atmósfera de carnaval al comienzo del día, cuando los hinchas del país tuvieron la primera oportunidad de comprar algunas de las 500.000 entradas todavía disponibles, desapareció rápidamente en Ciudad del Cabo. Unas 300 entradas para la final serían vendidas a los primeros que llegaran.
Algunos fanáticos dentro del centro de ventas durmieron en el piso mientras esperaban que los atendieran.
Una representante de Match, la compañía contratada por la FIFA para administrar el proceso de venta de entradas, dijo que hubo problemas técnicos y señaló que no podía garantizar que todas las personas serían atendidas el jueves.
"Entiendo que hay mucha gente frustrada afuera, y hemos tenido algunos problemas técnicos porque es nuestro primer día", dijo Christa Venter.
La prensa local también reportó incidentes en la oficina de ventas en Pretoria.
Los centros de ventas abrieron en todo el país a las 9 a.m. (0700 GMT) para la última etapa de la venta. Miles de personas hicieron fila a las afueras del centro comercial Maponya en Soweto, cerca del estadio Soccer City donde se jugará la inauguración y la final del torneo.
La FIFA y los organizadores locales tratan de vender las 500.000 entradas restantes para el torneo que comienza el 11 de junio y así quieren evitar tener estadios medio vacíos.
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