viernes, 15 de junio de 2018

Fiesta mundial en Rusia


EL DATO

El Mundial Rusia 2018, que arrancó ayer, se jugará hasta el 15 de julio, en 11 ciudades del país euroasiático.

32 selecciones disputan el certamen mundial, en busca de la copa de campeón.

El Mundial Rusia 2018 ya está en marcha. El puntapié inicial deportivo lo dieron Rusia y Arabia Saudí, en un partido correspondiente al Grupo A y que terminó a favor del anfitrión (5-0), pero antes hubo una gran fiesta de inauguración con mucho color y música para dar apertura al torneo más prestigioso a nivel naciones, ese que todos los fanáticos esperan durante cuatro años.

“Deseo éxitos a todos los equipos y emociones inolvidables a los aficionados”, proclamó desde la tribuna del espectacular estadio Luzhnikí.

Putin, boicoteado en esta ceremonia por los líderes occidentales, se rodeó de sus amigos para dar comienzo a la mayor fiesta del fútbol, que arrancó con estrictas medidas de seguridad y ritmos latinoamericanos, ya que fueron los aficionados peruanos, colombianos, mexicanos y argentinos los que animaron la jornada.

Luzhnikí, un estadio con capacidad para 81.000 espectadores, vistió sus mejores galas para abrir un torneo que echó a andar con el partido entre el anfitrión, Rusia, y Arabia Saudí, que terminó con una goleada del local (5-0).

Como si no hubiera pasado el tiempo, en las afueras del estadio la estatua de Lenin, el fundador de la URSS, presidió la llegada de aficionados a un estadio que acogerá también la gran final el próximo 15 de julio

Putin, que pisó pocos estadios desde que llegó al poder, hace 18 años, presidió una ceremonia en la que estuvo acompañado del máximo dirigente del fútbol mundial, Gianni Infantino.

Entre los mandatarios presentes destacaron los presidentes de Bolivia, Paraguay y Panamá, además de los dirigentes de países aliados del Kremlin y el príncipe saudí, al que Putin no dudó en consolar cuando los rusos inauguraron el marcador.

Mientras, brillaron por su ausencia los líderes occidentales, que declararon el boicot a la ceremonia inaugural, que no al torneo, para no legitimar a Putin.

Tampoco estuvo por motivos de salud el brasileño Pelé, considerado por muchos aficionados el mejor futbolista de la historia, pero sí el argentino Maradona, un gran admirador del Presidente ruso.

La ceremonia, que cumplió el lema de que el Mundial de Rusia no dejará frío a nadie, fue una mezcla de los principales exponentes del alma rusa –la música clásica, las bellas artes y el ballet– y los nuevos ritmos de la cultura popular.

La estrella del pop británico Robbie Williams, que en su momento no dudó en ridiculizar el ritmo de vida de los oligarcas rusos en uno de sus temas, fue el encargado de animar la fiesta con canciones como “Let me entertain you”, “Feel” o “Rock DJ”.

Conocido en su tiempo por ser el chico malo de la música anglosajona, Williams convirtió el estadio en una gran discoteca y no se limitó al escenario, sino que se acercó a la banda como de un futbolista se tratara para incendiar el ambiente.

Mientras, el alma rusa estuvo representada por bailarines, pianistas, violinistas y un arpa que puso la nota sentimental a un día de fútbol.

Uno de los momentos culminantes fue cuando Williams y la soprano rusa Aida Garufillina interpretaron juntos uno de los mayores éxitos del británico: “Angels”.

Garufillina, que a los 31 años ya conquistó la Ópera de Viena, puso la nota de glamour al evento, que volvió a convertir a Moscú en el centro del mundo como en los Juegos Olímpicos de 1980.

El español Iker Casillas, campeón mundial en 2010, dio el pistoletazo de salida a la fiesta minutos antes de su inicio al traer al campo el trofeo que levantará en este mismo estadio el ganador del torneo.

Casillas, que estuvo acompañado de Natalia Vodiónova, la modelo rusa más internacional y que es conocida por sus actividades filantrópicas, levantó la copa como hiciera hace ocho años en el Soccer City de Johannesburgo.

La embajadora del Mundial, Victoria Lopireva, que recorrió el mundo durante los últimos meses promocionando el Mundial para romper los numerosos estereotipos sobre Rusia, fue la encargada de traer el esférico Adidas Telstar.

La estrella invitada fue “O fenómeno” Ronaldo, el brasileño que ganó la Copa Mundial en 2002 y que dio el simbólico saque inicial junto a la mascota del torneo, Zabivaka.

Bueno, en realidad Ronaldo no llegó a tocar el balón, sólo amagó, y el saque inicial correspondió a un niño ruso, gesto que despertó la primera gran ovación de la jornada.

La producción del espectáculo estuvo a cargo del canal de televisión ruso Channel One y, una vez más, fue dirigido por Felix Mikhailov, la mente creativa que formó parte de las principales ceremonias celebradas durante todo el trayecto de la Copa Mundial de la FIFA 2018; desde el sorteo preliminar en 2015 hasta el acto de clausura previo a la final del 15 de julio.

Vladimir Putin

Presidente de Rusia

"Deseo éxitos a todos los equipos y emociones a los aficionados”.

Gianni Infantino

Presidente de la FIFA

"El fútbol va a conquistar Rusia y desde Rusia conquistará el mundo”.

LA OTRA MIRADA

APLAUDIDOS. Muy diferente a lo que pasó en el último Mundial cuando el público abucheó a Dilma Rouserff (ex presidenta de Brasil) y Joseph Blatter (ex mandamás de FIFA), esta vez el público se paró para aplaudir primero a Vladmir Putin y luego a Gianni Infantino cuando ambos intervinieron en la inauguración.

AUSENTE. Más allá del encuentro hubo también expectativa por si se presentaba alguna polémica durante el juego. Era para ver el actuar del VAR, que la FIFA decidió estrenar para acabar con las “injusticias” durante los partidos. Pero el Rusia-Arabia Saudí no dio para que se luzcan. Habrá que esperar.

REPLICADOS. Las gigantes pantallas sobre las tribunas hicieron de los goles un espectáculo. Primero se mostraba la palabra “Goal”, a ella le llovían banderas del equipo que marcó el gol, se seguía con la repetición del tanto y luego con el hombre que marcó. Todo un show.

“ROSHIA, ROSHIA”. Eso era lo que se escuchaba en el estadio de Moscú. Los rusos vitoreaban a su selección felices por la goleada, pero además, intentando demostrarle a los visitantes que están para sentar presencia en esta su Copa. Como detalle, el presidente Putin apenas festejó los tantos de su selección.

EL OSAMA ÁRABE. Llamó la atención cuando se anunció su nombre por los altoparlantes. Pero sí, el capitán de Arabia Saudí se llama Osama Hawsawi, muy lejos obviamente del Osama Bin Laden en su accionar. Causó más de una risa entre los aficionados que estaban apostados en las graderías del estadio Luzhnikí.


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