Gales goleó ayer a una China más perdida que nunca (0-6) en el debut de Ryan Giggs como seleccionador del equipo británico, un partido donde Gareth Bale anotó un “hat trick”.
En el “derbi de dragones” (animal mítico, símbolo de chinos y galeses), Gales demostró su superioridad y se clasificó para la final de la China Cup, donde se enfrentará al vencedor de la segunda semifinal de hoy, entre Uruguay y República Checa.
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