Un solitario gol de Edinson Cavani, que ayer cumplió su partido número 100 vistiendo la camiseta celeste, bastó para que Uruguay venciera a País de Gales (1-0), y se coronara campeón de la segunda edición de la China Cup, el torneo cuadrangular de naciones que el gigante asiático acoge desde 2017.
La final fue un partido en el que los de Óscar Washington Tabárez mostraron una vez más que Uruguay no juega amistosos: un encuentro de gran calidad y tensión, donde el barcelonista Luis Suárez generó mucho peligro, con dos de sus lanzamientos se fueron al poste y se le anuló un gol por fuera de juego.
La estrella galesa, el madridista Gareth Bale, quedó bastante anulada por el marcaje de Diego Laxalt; y en el juego uruguayo brilló con luz propia el centrocampista de Boca Juniors Nahitan Nández, que repartió juego y desquició la defensa de los "dragones rojos".
Los charrúas salieron de inicio con un planteamiento similar al de la victoria en semifinales el pasado viernes ante la República Checa.
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