La FIFA controlará las contribuciones económicas y los gastos del Comité Organizador del Mundial de Rusia 2018 y prevé establecer una nueva estructura para garantizar este control en futuros Mundiales a partir del de Catar 2022, dentro de las medidas para mejorar su gobierno y transparencia.
Así lo ha asegurado el presidente de la organización, el suizo Gianni Infantino, en la primera reunión del Consejo de la FIFA en Zúrich, donde se ha referido a reformas puestas ya en marcha, como la elección del organizador del Mundial por parte del Congreso y controlar la actividad de la agencia contratada para vender las entradas de Rusia 2018.
En relación a la Copa del Mundo, Infantino ha anunciado que la FIFA dispondrá de toda la información relacionada con los gastos de esta y que la elección de la sede del Mundial de 2026 se realizará en un proceso de candidaturas totalmente transparente, que incluirá un trámite de consultas.
Las candidaturas que no cumplan totalmente las exigencias técnicas, en base a criterios objetivos, serán excluidas por la administración de la FIFA y no por su Consejo, órgano que ha sustituido al Comité Ejecutivo y que ayer y hoy se reúne por primera vez.
Infantino ha explicado que todos los fondos de desarrollo se distribuirán mediante un único programa y no de formas diferentes, como se hacía hasta ahora, y ha asegurado que se harán públicos los salarios, ante la preocupación generada por los gastos abusivos en la administración.
Igualmente, la FIFA aplicará una política de prevención por posibles abusos y redefinirá los beneficios para los miembros del Consejo y de los distintos comités.
La incorporación de los exjugadores Zvonimir Boban (CRO) como secretario general adjunto de fútbol y Marco van Basten (HOL) en el cargo de director general para el desarrollo técnico son otras de las decisiones adoptadas para crear una estructura apropiada para el fútbol dentro de la FIFA.
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