Un año después del comienzo del denominado “FIFAgate”, el escándalo de corrupción que dinamitó la estructura del fútbol mundial, los acusados por la justicia estadounidense aún están pendientes de sentencia, con 17 detenidos que se declararon culpables, nueve que no admitieron los cargos y están en libertad vigilada, más otros ocho acusados pendientes de extradición.
El 27 de mayo de 2015, la justicia estadounidense presentó cargos contra nueve directivos de la FIFA y cinco empresarios relacionados con el organismo, con buena parte de ellos arrestados ese mismo día en un hotel de Zúrich, donde el máximo organismo del fútbol celebraba su congreso anual.
El dossier se amplió en diciembre, cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció acusaciones de corrupción contra otros 16 altos cargos y ex directivos de la FIFA.
A día de hoy, un total de 17 personas se declararon culpables y se comprometieron a pagar a EE.UU. millones de dólares.
Entre ellos destacan pesos pesados como el ex presidente de Honduras y de la Federación de Fútbol del país, Rafael Callejas, quien espera sentencia, al igual que su coterráneo Alfredo Hawit y el caimanés Jeffrey Webb, ex presidentes de la CONCACAF.
Otro grupo lo forman nueve acusados que se encuentran en libertad vigilada en EE.UU. Entre ellos figuran el ex presidente de la Confederación de Fútbol de Brasil, José María Marín, el ex presidente de la Federación Venezolana, Rafael Esquivel, el ex presidente de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala, Brayan Jiménez, el ex presidente de la Federación Costarricense, Eduardo Li, o el ex presidente de la CONMEBOL, Juan Ángel Napout.
El próximo 3 de agosto todos ellos están convocados a una audiencia en el tribunal federal de Nueva York que se encarga del caso, en la que se analizará el calendario del proceso.
Mientras tanto, ocho acusados están en distintos países pendientes de extradición a EE.UU, entre ellos los argentinos José Luis Meiszner y Eduardo Deluca, el paraguayo Nicolás Leoz, el peruano Manuel Burga, el salvadoreño Reynaldo Vázquez y el trinitense Jack Warner.
Por último, quedan aquellos a los que por ahora EE.UU. no pudo echar el guante. Algunos, como el uruguayo ex presidente de la FIFA, Eugenio Figueredo, o el ex presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga.
A raíz de este escándalo, en Bolivia, el Ministerio Público inició una investigación a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) que, al momento, tiene entre rejas a tres ex dirigentes, entre ellos el anterior titular federativo, Carlos Chávez. Además, en casi un año del caso, fueron imputadas ocho personas.
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