martes, 23 de febrero de 2016

Conozca a los cinco candidatos para la silla de la FIFA

La FIFA encara esta semana, con la elección de un nuevo presidente y la aprobación de una serie de reformas el momento clave, para intentar recuperar la credibilidad y la estabilidad después de diez meses de escándalos por corrupción.
Este viernes 26 de febrero, las 209 asociaciones que la forman están citadas en el Hallenstadion de Zúrich para empezar una nueva era y acabar con la peor etapa en los 111 años de historia de la organización que gobierna el deporte rey.
 
Los aspirantes a suceder a Blatter
Jérôme Champagne, entre la diplomacia y el fútbol 
Diplomático de formación pero apasionado por el deporte desde muy joven: la vida del francés Jérôme Champagne empezó en las relaciones internacionales y en la política, pero pronto pasó a la gestión del fútbol y ahora aspira a ser el nuevo presidente de la FIFA.
 Una organización que conoce bien por haber ocupado distintos cargos, especialmente la secretaría general adjunta de 2002 a 2005, y por haber sido en el pasado un hombre de confianza de Joseph Blatter, una etiqueta que para muchos puede pasarle factura.
 Por ese 'pecado original', en una época en la que los dirigentes de la era Blatter han quedado marcados por la sombra de la sospecha, Champagne ha redoblado sus esfuerzos para presentarse como un reformador sin nada que esconder.
 "No me avergüenzo de los años que he pasado en la FIFA. Para llevar a cabo las reformas se necesita a alguien que conozca la organización desde el interior", se defendió cuando anunció el pasado mes de octubre su candidatura.
 Pero su primer contacto con el fútbol se remonta a sus años de juventud. Hincha del Saint-Etienne, al que apoyó en Glasgow en 1976 en la final de la Recopa de Europa perdida por los 'Verts' ante el Bayern de Múnich, comenzó ese año, cuando tenía apenas 18 años, a colaborar con la revista France Football.
 Siete años de artículos periodísticos para la publicación que creó el Balón de Oro y que compaginó con sus estudios en el prestigioso Instituto de Estudios Políticos (IEP) de París, donde ingresó en 1978 y en el que se diplomó en 1981.
 De 1983 a 1997, ocupó distintos puestos diplomáticos en embajadas y consulados franceses, que le llevaron a vivir en Omán, Cuba, Brasil y Estados Unidos.
 Siendo cónsul general adjunto en Los Angeles, Champagne conoció a dirigentes del Comité de Organización del Mundial de fútbol de Francia-1998, entre ellos Michel Platini, y pasó después a ser asesor diplomático y jefe de protocolo del equipo organizador de aquel evento.
Gracias a ese nuevo cargo conoció a Joseph Blatter, entonces secretario general de la FIFA y candidato a la sucesión de Joao Havelange, al que reemplazó en la presidencia de la FIFA en junio de 1988.
Blatter llamó a Champagne entonces como asesor internacional, empezando así una etapa de colaboración de once años en la máxima organización del fútbol mundial.
Tokyo Sexwale, el 'hombre nuevo' que estuvo con Mandela en Robben Island 
Político, presentador de televisión, empresario de éxito y, sobre todo, un emblema contra el 'apartheid': el sudafricano Tokyo Sexwale, que fue compañero de prisión de Nelson Mandela, espera ser el 'hombre nuevo' que la FIFA necesita.
Nunca ha ocupado un cargo ejecutivo en la cúpula de la Federación Internacional de Fútbol y eso es para muchos su principal valor de cara a las elecciones presidenciales del viernes en Zúrich.
Sus principales experiencias en el deporte rey se refieren a su papel en el Comité organizador del Mundial de 2010 y su labor de dirección del Comité de Supervisión de la FIFA para Israel y Palestina.
Un pacificador en una época convulsa. Un desafío para un hombre de 62 años acostumbrado a resistir en situaciones límite.
Fue combatiente del Partido de Lucha contra el Apartheid del Congreso Nacional Africano (ANC) ya mediados de los años setenta siguió formación militar en la Unión Soviética.
Fue acusado de terrorismo y complot para derribar el gobierno de la época, lo que le costó una condena que le hizo ser trasladado en 1977 a la isla-prisión de Robben Island, donde compartió cautiverio con el mítico Nelson Mandela. Cumplió 13 años de los 18 de su condena, hasta su liberación en 1990.
En Robben Island, Sexwale tuvo que aprender a soportar el calor abrasador del verano y los vientos heladores del invierno, sin dejarse desmoralizar por una situación que parecía difícil de superar.
Como otros reclusos del lugar, el deporte fue una válvula de escape y participó en la gestión del club "Makana", de los prisioneros políticos de Robben Island. Un equipo que en 2007 se ganó el estatus de miembro honorífico de la propia FIFA.
"No teníamos balón, teníamos nuestros pies, pero no botas. Era fútbol de verdad. Cuando teníamos un balón, estaba desinflado y no nos dejaban hincharlo. Nos confiscaban hasta el silbato del árbitro", contó recientemente sobre aquella etapa, en la que hacían balones con bolas de calcetines.
Mandela explicó en su día que el fútbol era "la única alegría de los prisioneros" en Robben Island.
Ali Bin Al Hussein, un príncipe militar ante su segunda oportunidad 
El príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, con formación militar y rango de general en su país, se presenta por segunda vez a las elecciones para dirigir la FIFA, después de haber perdido en mayo ante Joseph Blatter, pese a que el escándalo del 'FIFAGate' acababa de estallar.
Entonces llegó a forzar una segunda vuelta en las elecciones, pero siendo consciente de que no podía ganar en ella decidió abandonar en ese momento. Blatter apenas resistió después cuatro días, antes de que la presión por la corrupción revelada en su organización le obligara a anunciar su próxima marcha y la convocatoria de un nuevo Congreso electivo.
"He seguido tus esfuerzos a lo largo de la campaña y he sido testigo de tu trabajo y tu compromiso para elevar el fútbol en todo el mundo", le dijo públicamente el rey Abdalá de Jordania a su hermanastro Ali después de aquella derrota ante Blatter, afirmando que se sentía "orgulloso" por su intento.
En el despacho de Ali hay una foto de su padre, el rey Hussein, que tuvo a Ali en su tercer matrimonio, con la reina Alia, una jordana de origen palestino que murió en un accidente de helicóptero en 1977, apenas dos años después del nacimiento del hombre que aspira ahora a presidir la FIFA.
Su formación ha seguido un plan exhaustivo para conjugar la tradición jordana con la vocación occidental.
Habla perfectamente inglés y en su carácter pragmático y elegante en las formas ha tenido influencia la cultura anglosajona. Empezó formándose en Amán, pero luego paso a vivir en Estados Unidos, donde se diplomó en 1993 en la Salisbury School, en el estado de Connecticut.
El jeque Salman, un pacificador acostumbrado a superar crisis 
El reto de gestionar la profunda crisis de credibilidad que vive la FIFA no asusta al jeque bahreiní Salman Bin Ebrahim Al Khalifa, que ya llegó en 2013 a la cabeza del fútbol asiático haciendo gala de sus dotes de mando, también con las aguas revueltas en esa organización.
Entonces fue después de la suspensión al catarí Mohammed Bin Hammam, que iba a ser el rival electoral a la presidencia de la FIFA de Joseph Blatter en 2011 y que fue finalmente eliminado de la carrera tras ser acusado de compra de votos.
El caso sumió a la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), de la que Bin Hammam era presidente, en una crisis que se sumó a las polémicas sobre casos de partidos amañados en varios países del continente (China, Corea del Sur, Malasia, Singapur).
"Seré un líder fuerte. Cumpliré los principios del buen gobierno en todos los niveles", prometió entonces al ser elegido.
En dos años y medio, Salman ha consolidado su liderazgo y su prestigio de buen gestor, hasta el punto de llegar en una buena posición a la carrera para presidir la FIFA.
Nacido hace 50 años en Riffa, forma parte de la familia real de Bahréin. Tiene estudios de Contabilidad y Literatura e Historia inglesa, alternando estancias en su país con otras en Londres, pero donde triunfó desde joven fue en el mundo de los negocios (construcción, importaciones, exportaciones, inmobiliarias).
Su labor en los despachos de sus empresas ha tenido que compartir tiempo con el fútbol, su otra pasión. En 1998 entró en la Federación Bahreiní de Fútbol como vicepresidente y en 2002 pasó ya a dirigirla.
En 2009 perdió ante Bin Hammam en la pugna presidencial en la Confederación Asiática, pero en 2013 logró el ansiado sillón en una organización donde ya era el presidente del Comité de Disciplina.
Tiene además como uno de sus avales su conexión con el influyente jeque kuwaití Ahmad Al Fahabd Al Sabah, con gran poder en el mundo del deporte.
 
Gianni Infantino, el carismático número dos de Platini
Para muchos, el rostro de Gianni Infantino es familiar por su papel de conductor de los sorteos de la Liga de Campeones y de las grandes competiciones de la UEFA: este suizo-italiano políglota, número 2 del fútbol europeo, aspira ahora a convertirse en el rostro de la FIFA.
"No soy el candidato de la UEFA. No soy el candidato europeo, soy el candidato del fútbol", dijo con ambición al término del Comité Ejecutivo de la UEFA de enero que le dio el pleno respaldo de su organización.
La UEFA iba a apostar todas sus cartas a Michel Platini, su presidente, pero esa vía se vio cortada con la suspensión de ocho años del exfutbolista francés, tras conocerse el cobro sospechoso de 1,8 millones de euros en 2011 de parte de Joseph Blatter, presidente de la FIFA y también suspendido ocho años por el mismo motivo.
Infantino fue incluido por sorpresa en octubre en la lista de aspirantes, en el último momento, como teórico 'plan B' en caso de que Platini no pudiera presentarse a las elecciones, como finalmente ha ocurrido.
El escudero de Platini, número 2 del francés como secretario general de la UEFA, se convierte ahora en el protagonista, ante su gran oportunidad de ser el hombre más poderoso de los despachos del fútbol, no sin antes desear públicamente que el exjugador de la Juventus pueda "limpiar su nombre" lo antes posible.
Antes de saber qué ocurría con el 'caso Platini', Infantino se lanzó de lleno en su precampaña electoral, multiplicando los viajes y los contactos para garantizarse el máximo de apoyos posible, algo que no sentó bien en el entorno del presidente de la UEFA, que vio en sus maniobras un exceso de ambición.
Hasta ahora, este hombre calvo con la cabeza afeitada era conocido sobre todo como el hombre simpático y de buen humor que dirige los sorteos de la Champions haciendo gala de su conocimiento de lenguas: habla con fluidez el inglés, el francés, el alemán, el italiano y el español.
Una virtud que a sus 45 años puede llevar de nuevo a un suizo al sillón presidencial, después de la etapa de Blatter, de casi 80 años. Infantino nació en Brigue, curiosamente a unos 10 kilómetros de Viège, la localidad natal de Blatter.


No hay comentarios:

Publicar un comentario