Lionel Messi, Cristiano Ronaldo y otras luminarias que protagonizarán la Copa América Centenario o la Eurocopa pasarán a un segundo plano. También el intento de la selección de Brasil por sumar el único título que le falta en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
En cambio, un jeque de Bahrein, un príncipe jordano, un ex preso político sudafricano y dos burócratas europeos marcarán el futuro del fútbol en 2016, cuando termine oficialmente la monarquía de Joseph Blatter después de 18 años en el trono, derrocado por una sucesión de escándalos de corrupción que dejaron de rodillas a la FIFA.
Bajo investigación de las autoridades suizas por delitos financieros, la FIFA suspendió a Blatter ocho años por incurrir en conducta antiética al autorizar un pago de dos millones de dólares a Michel Platini, el líder de la UEFA que recibió el mismo castigo. A menos que ocurra algo inesperado con sus apelaciones.
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