Dos estadios del Mundial de Brasil 2014, los de las ciudades de Natal y Salvador, fueron puestos a la venta este martes por la constructora OAS, que atraviesa graves problemas financieros por el escándalo de corrupción que tiene en su eje a la petrolera Petrobras.
OAS solicitó acogerse a la ley de protección de quiebras y anunció la venta de varias empresas y activos, entre los que se encuentran el 50 % del estadio Fonte Nova, de Salvador, y la totalidad del Arena das Dunas de Natal.
El estadio Fonte Nova, que costó 591 millones de reales (unos 185 millones de dólares), no tendrá clientes fijos desde el próximo mayo, ya que el Bahía, club de la segunda división, anunció este lunes que no jugará más en este recinto, que usó en los dos últimos años, y que regresará al estadio Pituaçu.
Bahía renunció a jugar en el Fonte Nova, estadio reconstruido desde los cimientos e inaugurado en 2013, porque OAS no le presentó una oferta aceptable, según anunció el club este lunes.
En el Arena das Dunas, cuya construcción supuso una inversión de 400 millones de reales (unos 125 millones de dólares), juega regularmente como local el América de Natal, de tercera división.
La crisis de OAS, dueña de ambos estadios, se enmarca en las investigaciones por el caso de corrupción en Petrobras, en el que, según la policía, participaron por lo menos 23 constructoras, que son sospechosas de repartirse contratos con la petrolera e inflar los precios para después repartir sobornos millonarios.
La venta de los estadios de Salvador y Natal se suma a la crisis de otros estadios del Mundial de Brasil, que han tenido que buscar alternativas para financiarse debido a que no tienen un calendario regular de partidos.
Entre ellos, el estadio de Brasilia, el más caro del Mundial, acoge las oficinas de tres secretarías del gobierno regional; usa su estacionamiento para aparcar autobuses públicos y también ha celebrado otros eventos ajenos al fútbol como bodas colectivas.
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