La FIFA rechazó las solicitudes para quitar la Copa del Mundo de 2018 a Rusia, al señalar que el torneo puede "lograr un cambio positivo".
La supuesta participación de Rusia en el derribo del avión de Malaysia Airlines en Ucrania la semana pasada provocó que algunos legisladores en Alemania pidieran que se evalúe la sede del campeonato.
La FIFA emitió un comunicado ayer en el que afirma que "deplora cualquier tipo de violencia" y cuestiona el propósito de reubicar la sede del torneo.
"La historia ha demostrado que boicotear eventos deportivos o que las políticas de aislamiento o confrontación no son las formas más efectivas para resolver los problemas", indicó la FIFA. Agregó que la atención global sobre el Mundial "puede ser un instrumento poderoso para generar un diálogo constructivo entre el pueblo y los gobiernos".
El conflicto entre Ucrania y los rebeldes separatistas que favorecen a Rusia empeoró en los días posteriores al final del Mundial en Brasil.
El presidente ruso Vladimir Putin acudió el 13 de julio en Río de Janeiro a la ceremonia en la que la presidenta brasileña Dilma Rousseff le entregó la estafeta de la Copa del Mundo. Ambos estuvieron acompañados por el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.
La FIFA, que tiene al ministro de deportes ruso Vitaly Mutko, señaló que un Mundial en el país puede ser "una fuerza positiva".
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