Con Costa Rica como sorprendente inquilino, los cuartos de final del Mundial de Brasil comienzan mañana, convertidos de nuevo en un duelo Sudamérica-Europa.
Son los ticos los inesperados invitados a la fiesta de las dos grandes potencias, las que se han repartido los diecinueve títulos mundiales disputados hasta ahora.
Lo son, además, por derecho propio, tras ir apartando del camino a tres campeonas del mundo (Uruguay, Inglaterra e Italia) y una Europea (Grecia).
El resto reproduce la eterna pugna futbolística. Por un lado, Alemania, Francia, Holanda y Bélgica. Por el otro, Brasil, Colombia y Argentina.
En el Maracaná, a las 12.00 horas, Francia y Alemania exponen su potencia y sus miedos.
Los de Didier Deschamps llegan a Río empujados por una corriente favorable. Atrás han dejado los miedos de una dificultosa clasificación al Mundial, y más lejana aún, la inestabilidad que, desde el pasado Mundial, convirtió a "Les Bleus" en la casa de los líos.
Alemania ha recorrido el camino contrario. Llegó como una de las favoritas, desató la euforia con la goleada inicial a Portugal (4-0), pero ha ido languideciendo ante Ghana (2-2), Estados Unidos (1-0) y, sobre todo, Argelia, que destapó sus carencias.
Como Alemania, Brasil alcanza los cuartos aún con el susto en el cuerpo, tras superar una tanda de penaltis contra Chile a la que pudo no llegarse, si el disparo de Mauricio Pinilla, en el último minuto de la prórroga, hubiese ido unos centímetros más bajo y no hubiese dado en el larguero.
Colombia tiene un plan, cuenta con un buen portero, David Ospina, y el jugador del momento, James Rodríguez quien, con 22 años, ha marcado 5 goles en cuatro partidos y despierta admiración.
Casi tanto como Brasil sufrió Argentina para llegar a esta instancia. Frente a Suiza sólo eludió los penaltis gracias a un arranque de talento de Messi y al coraje de Di María.
Bélgica, su rival, tampoco ha desplegado el juego que se le aventura a esta brillante generación, algo que no le importa a Marc Wilmots mientras cuente sus partidos por victorias. Está a un paso de alcanzar su tope histórico, el cuarto puesto en México'86.
Completa los cuartos una eliminatoria inédita: Holanda-Costa Rica.
Los Ticos ya no se pueden refugiar en el papel de víctimas, porque cargan a sus espaldas con los cadáveres de italianos, uruguayos, ingleses y griegos.
Holanda, criticada por abandonar el juego que le hizo grande, sabe a qué juega. A Louis van Gaal no le ruboriza colocar a Dirk Kuyt como lateral. Sabe que tarde o temprano su equipo clavará el aguijón por medio de Robben, Sneijder o Van Persie.
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