Una marea de camisetas rojas inundó este viernes las calles de la capital costarricense, en una explosión de júbilo tras la histórica clasificación del país centroamericano a la segunda ronda del Mundial de Brasil-2014.
Las calles, desiertas durante el partido contra Italia, de repente se vieron repletas de coches con banderas tricolor y peatones con la camiseta roja de la selección para celebrar a todo pulmón el inesperado triunfo 1-0 contra Italia, que le dio a Costa Rica el pase a octavos de final.
Costa Rica se impuso con un gol de Bryan Ruiz en el primer tiempo del partido. El resultado prácticamente paralizó el país, donde sus pobladores en ciudades grandes y pequeñas se lanzaron a las calles a festejar.
Incluso el presidente Luis Guillermo Solís, vestido con la camiseta roja de la Sele, salió a pie de la Casa Presidencial para llegar a la Fuente de la Hispanidad, en el este de la capital, tradicional punto de encuentro para festejos públicos en San José.
Solís se vio rodeado de aficionados que lo abrazaban y sonaban cornetas para celebrar la victoria, la segunda en igual número de partidos, luego de que el sábado se impuso 3-1 a Uruguay.
"Se lo dije, 1-0", escribió Solís en su cuenta de Twitter, al recordar que había anticipado el marcador con el que los ticos doblegaron al favorito Italia.
"Fue un triunfo histórico, nadie lo esperaba y cuando digo nadie, hablo de todo el planeta. Lo que permitió a Costa Rica ganar fue el orden y la mentalidad de los jugadores, que creyeron en sí mismos, y porque hubo unión de grupo", expresó Dennis Alonso, un trabajador de soporte técnico de 26 años.
En una calle de San Pedro, cerca de la Fuente de la Hispanidad, Lorna Contreras, de 69 años, cargaba globos rojos, blancos y azules, de la bandera de Costa Rica, mientras festejaba con los transeúntes y vehículos el triunfo tico.
"Es maravilloso, todos lo esperábamos, porque ya se había visto el proceso. Le ganamos a dos campeones del mundo y vamos por el otro", manifestó Contreras sobre el próximo partido de Costa Rica, el martes contra Inglaterra.
Algunos aficionados no ocultaron su molestia con el árbitro chileno Enrique Osses, a cargo del partido, a quien acusan de comerse un penal contra el equipo tico y de favorecer a los italianos.
"Le ganamos a (Mario) Balotelli y compañía y al árbitro, que les ayudó (a los italianos) todo el partido", dijo Ufano Felipe Chávez, de 32 años, con una ruidosa corneta que usaba para saludar a otros aficionados.
Grandes concentraciones de gente se registraron en todo el centro de San José, donde se volvió imposible ingresar en automóvil.
La capital colapsó con sus calles inundadas por aficionados que llegaron con sus camisetas rojas a festejar la clasificación costarricense.
Los resultados de Costa Rica en sus dos partidos tomaron por sorpresa a propios y extraños, luego de que los centroamericanos, sin grandes laureles deportivos, cayeron en el llamado "Grupo de la Muerte" del Mundial, con tres campeones mundiales con aspiraciones de alcanzar el título.
Un canal de televisión mostró a un aficionado que había viajado a Brasil para acompañar a la selección, con un rótulo que decía "Jefe: renuncio a mi trabajo, me quedo a ver la segunda ronda".
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