Una multitud de hinchas uruguayos encabezada por el presidente José Mujica, acudió la noche del jueves al aeropuerto internacional de Carrasco en Montevideo a la espera de la llegada del goleador.
Mauricio Cambará
Enviado especial - Brasil
Natal, lugar de concentración de la selección de Uruguay. Las horas del miércoles parecían interminables para los miembros de la delegación. “¿Habrá castigo? ¿Se salvará? ¿Serán drásticos?” Luis Suárez y la mayoría de sus compañeros trabajaban en la práctica dirigida por Óscar Tabárez, pero con la mente puesta en el Copacabana Palace de Río de Janeiro. Allí se debatía si sancionaban o no el mordisco del uruguayo al italiano Giorgio Chiellini, el martes.
Ese día no hubo un anuncio, porque los miembros de la Comisión Disciplinaria de la FIFA (CDF) lo dejaron para ayer. Cerca de las 10:20, en la sala de prensa del estadio Maracaná y ante expectativa total de los medios, Delia Fischer, voz oficial de la FIFA, leyó la resolución. “Se sanciona al jugador Luis Suárez, de Uruguay, con nueve partidos con su selección, cuatro meses de inactividad deportiva y 100.000 francos suizos (unos $us 110.000)”. Golpe duro para el mejor jugador de la Celeste y para todos los charrúas.
Ayer mismo, bien temprano (8:00) y antes del anuncio, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmer Valdez, había intentado hablar con el mismo Joseph Blatter (presidente de la FIFA) para interceder en el caso, como sabiendo que los argumentos presentados el día anterior en un legajo de 17 páginas (se adujo que Suárez no mordió a su rival, sino que fue un choque casual) no eran suficientes. Al final, la resolución firmada por el suizo Claudio Sulser, titular de la CDF, no tuvo vueltas.
“No se puede tolerar este tipo de comportamientos especialmente en un torneo como el Mundial, cuando millones de personas te están viendo”, fue la frase de Sulser, comunicada vía e-mail a los periodistas acreditados en el torneo. La conferencia del Maracaná había sido convocada para hablar de otro tema (éxito de los Fan Fest) y en la sala solo se iban a permitir cuatro preguntas; sin embargo, y tras el anuncio, fueron más de 20 interrogantes, que la personera de la FIFA tuvo que responder. “Entra en rigor desde este mismo momento”, dijo un tanto agobiada.
La sanción se basa en la transgresión del artículo 48 (agresión a otro jugador) y el 57 (ofensa a la deportividad), y aunque el árbitro del encuentro, el mexicano Marco Rodríguez, no vio el episodio, realizó un informe ampliatorio con las imágenes de televisión, que también fue considerado contundente. En campamento uruguayo y como era de esperarse, la noticia los dejó fríos, justo en la previa del encuentro ante Colombia, que deben jugar mañana en Río de Janeiro, por los octavos de final del Mundial.
Fischer fue clara también al señalar que en los cuatro meses de sanción (hasta el 26 de octubre) el atacante no podrá jugar ni apersonarse por los estadios de fútbol en ninguna competencia oficial; es decir, que tampoco podrá hacerlo en el Liverpool inglés, su actual club. Eso sí, tienen hasta mañana (16:00 hb) para presentar una apelación que puede reducir el castigo, aunque previo pago de $us 125.000.
Aclamado por las masas
Una multitud de hinchas uruguayos encabezada por el presidente José Mujica acudió al aeropuerto internacional de Carrasco en Montevideo para recibir como un héroe a Luis Suárez, que regresa al país después de que la FIFA lo expulsara del Mundial por morder al defensor italiano Giorgio Chiellini.
Los centenares de aficionados acudieron al aeródromo convocados por las redes sociales a esperar al jugador, que supuestamente iba a aterrizar a las 20:30 (hora local) y junto a ellos acudió a esperarlo el mandatario, si bien un retraso en la salida del vuelo privado que iba a traer al delantero desde Natal obligó a Mujica a retirarse antes de la llegada, cuya nueva hora no ha sido anunciada.
Antes de marcharse el mandatario declaró al canal 12 de la televisión que tras esta acción de la FIFA que indignó a todo el país "Uruguay se pone peligrosísimo" en el Mundial.
El tercer hecho similar
No fue la primera vez que Suárez mordió a un rival. En 2010, vistiendo la camiseta del Ajax de Holanda, el atacante mordió al defensor Bakkal del PSV y recibió un castigo de siete partidos. En 2013 repitió similar falta ante Ivanovic, del Chelsea, y en la Premier no dudaron en darle diez. Ayer la FIFA, aparte de los nueve, lo sancionó con cuatro meses de suspensión y una multa.
“Esto es fútbol, no es una moralidad barata”, había dicho el técnico charrúa Óscar Tabárez tras el encuentro, mientras que Chiellini replicó: “Ojalá que la FIFA actúe de oficio; es un tramposo que siempre se sale con la suya”, dijo molesto el italiano. Lo que está claro es que Uruguay pierde a su mejor jugador, que se recuperó en 21 días de una operación en la rodilla, pero que ahora no va más por un mordisco
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