El estadio Arena Corinthians, que será sede de la inauguración del Mundial el próximo 12 de junio, superó ayer su segunda y última prueba, realizada en un partido entre el Corinhians y el Botafogo, pero aún con algunas deficiencias.
Al partido asistieron unas 40.000 personas, 28.000 menos que las esperadas para el partido inaugural que disputarán Brasil y Croacia, debido a que la municipalidad no autorizó la utilización ayer de unas tribunas provisionales instaladas para el Mundial.
En las zonas de acceso al estadio, la FIFA montó el modelo que se va a utilizar a partir de la inauguración del Mundial, que le otorga preferencia al transporte público, como el metro y el tren, lo funcionó sin problemas desde el centro de Sao Paulo.
A falta de días para el comienzo del Mundial, las mayores deficiencias están en las áreas de prensa, que según la FIFA son “factor clave” y en las que todo debe funcionar a la perfección.
Las tribunas de prensa tienen posiciones para 2.000 periodistas, en las que todavía no se han instalado televisores y donde ayer aún se estaban tendiendo cables de internet. EFE
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