Unos 2,5 millones de personas fueron perjudicadas este miércoles por una huelga de buses que sembró el caos en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y sede del partido inaugural del Mundial-2014, mientras policías civiles paralizaron su trabajo en varios estados del país.
Pocos autobuses funcionaban para la población de Sao Paulo, de 20 millones de habitantes en toda su área metropolitana. Algunas estaciones de metro estaban desbordadas y miles de pasajeros peleaban para acceder a los vagones, donde viajaban muy apretados.
"Esta huelga perturba todos mis planes. Tuve que salir a las 4 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo y ahora para volver tengo que usar metro y bus, que me cuesta más dinero y me lleva más tiempo", dijo a la AFP Maria Francisca Silva, una empleada de limpieza de 46 años.
Muchos choferes de bus pidieron a los pasajeros que se bajaran y dejaron abandonados los vehículos, bloqueando importantes avenidas, en algunos casos por temor a represalias de los huelguistas.
"Es lamentable (...) una huelga imprevista, no anunciada, una irresponsabilidad con el ciudadano", dijo Gilberto Carvalho, ministro jefe de la Secretaría de la Presidencia, a una radio local.
Metro bajo amenaza
Unas 2,5 millones de personas son afectadas por la huelga, según la televisión Globo. La autoridad de transporte de Sao Paulo, SPTrans, no había entregado una estimación del número de usuarios perjudicados por la huelga.
"No sabemos hasta cuándo durará esta movilización. Esta tarde (del miércoles) hay una reunión y esperamos que haya una solución", dijo a la AFP un portavoz de SPTrans.
La autoridad informó que 12 de los 28 terminales de buses están cerradas, sobre todo en el centro y sur de la ciudad, aunque no ha determinado qué porcentaje de la flota de 15.000 buses está paralizada.
El alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad criticó fuertemente la sorpresiva huelga.
"Es una guerrilla inadmisible en la ciudad de Sao Paulo. ¿Cómo usted entra a un bus y manda a un pasajero a bajar, coloca el bus en la transversal y tira la llave? Es un absurdo que un sindicato cierre un acuerdo y una minoría actúe de esta manera", criticó Haddad en una entrevista con el canal Band.
La céntrica estación de metro se estaba convertida en un "caos" y un "infierno" en la hora pico de la tarde, según comentaban los propios usuarios mientras esperaban en extensas filas. "No quiero ni pensar como está allá abajo en los andenes. A esta hora siempre hay mucha gente aquí, pero esto es un desastre", dijo a la AFP Maria Vassala, una trabajadora pública.
Dentro de la estación, por donde circulan unas 6.000 personas por hora, algunos funcionarios tenían unos chalecos con la leyenda "exigimos transporte padrón FIFA" para presionar por un ajuste salarial. También amenazan con una huelga.
Una investigación fue abierta por la policía civil para determinar si la paralización de los autobuses constituye un delito, anunció la secretaría de Seguridad de Sao Paulo. Los líderes de la huelga fueron llamados a declarar.
Policías en huelga
En al menos siete estados de Brasil y el Distrito Federal, los policías civiles -responsables de las investigaciones penales- iniciaron un paro de 24 horas para exigir mejoras salariales y reformas a la política de seguridad del país, que según el sindicato que los agrupa es un "caos".
Un 30% de los funcionarios trabaja para atender las emergencias.
En total, 16 de los 27 estados de Brasil apoyan el movimiento, aunque no todos se paralizaron sino que organizaron marchas o asambleas en las propias comisarías, informó a la AFP el sindicato Cobrapol.
En Brasilia, unos 500 policías civiles y federales, vestidos con camisetas negras, se reunieron en los alrededores del museo nacional y marcharon hacia el Congreso y el ministerio de Justicia, pidiendo la reestructura de la fuerza. "Sin policía civil no hay Copa", rezan varios de sus carteles.
La policía federal, responsable de la seguridad en aeropuertos y fronteras, marchó en varias ciudades pero no decretó huelga.
La policía militar, responsable de mantener el orden público en las calles, no se sumó a la huelga. Por ley no puede paralizar sus actividades, aunque en ocasiones la norma es incumplida.
La semana pasada una ola de saqueos y destrozos en varios comercios sacudió Recife (Pernambuco, noreste), durante una huelga parcial de la policía militar en esta ciudad sede de la Copa.
Al acercarse el Mundial y las elecciones generales de octubre, varios sectores -policías, choferes de autobuses, vigilantes bancarios, profesores- han multiplicado sus llamados a huelga.
"Esperamos que haya sentido común, que en la medida que va llegando la Copa, esas protestas se reduzcan y que las personas sepan que no pueden castigar a la población en busca de un objetivo sectorial", apuntó el ministro jefe de la Secretaría de la Presidencia.
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