Rusia podría verse obligada a demoler el estadio Luzhnikí, previsto escenario de la final del Mundial de Rusia 2018, por exigencias de la FIFA, aseguró Vitali Mutkó, ministro ruso de Deportes.
“Por supuesto, el estadio central Luzhnikí ha envejecido. La FIFA presentó nuevas exigencias, entre otras cosas, sobre el aforo”, afirmó Mutkó en rueda de prensa.
El ministro explicó que el Luzhnikí, que tras la reforma redujo su aforo de 85.000 a 78.000 asientos, debe acoger un mínimo de 80.000 espectadores con vistas a la Copa Mundial.
“También hicieron importantes advertencias sobre la sala de recepciones y de prensa. En las primeras diez filas prácticamente no se ve nada. Nuestra misión es corregir esas deficiencias”, dijo.
Mutkó reconoció que “existen dos concepciones. Primera, modernización. Segunda, demolición. Creo que teniendo en cuenta el valor histórico y la opinión pública, probablemente ganará la primera opción”.
“La decisión final la tomarán el alcalde y el Ayuntamiento de Moscú. Lo importante es que el Luzhnikí siga siendo una instalación deportiva. Lo más probable es que la decisión sobre el estadio se tome antes de fin de año”, apuntó.
El Ministro destacó que “no hay mejor centro de preparación de las selecciones que el Luzhnikí. En ese caso (de demolición), se necesitará un centro de alto rendimiento”.
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