El secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, admitió ayer el hecho de que tendrá que negociar con las autoridades locales de Brasil el permiso para vender cerveza en los estadios durante el Mundial de 2014.
"Vamos a negociar con cada una de las sedes, no es el fin del mundo", afirmó Valcke en una rueda de prensa en Brasilia, después de mantener una reunión con el Gobierno y el Comité Organizador Local.
Al sancionar la ley que regirá todos los aspectos del Mundial, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, autorizó la venta de cerveza en los estadios, pero dejó una brecha para que decidan las autoridades de las regiones donde actualmente está prohibido.
Valcke restó importancia al asunto, que generó las mayores polémicas entre la FIFA y el Gobierno brasileño en los últimos meses, y aseguró que ambos entes "no están en conflicto".
Sobre la evolución de las obras del Mundial, el secretario general dijo que la mayoría de los proyectos estarán terminados "a tiempo" porque en los últimos meses "todo el mundo trabajó con más ahínco".
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