La selección de Holanda perdió 1-2 en Amsterdam ante la de Bulgaria, que puso al descubierto algunas carencias de la subcampeona del mundo, sin ideas y con falta de rodaje, cuando restan catorce días para su debut ante Dinamarca en la Eurocopa de Ucrania y Polonia.
Los hombres de Bert Van Marwijk fueron derrotados por un combinado que añora épocas mejores. Atrás quedan los tiempos en los que Hristo Stoichkov lideraba un equipo que en 1994 deslumbró en el Mundial de Estados Unidos. Años después, el exdelantero Luboslav Penev, ahora en el banquillo, intenta resucitar a un grupo que necesita renovarse. De momento, parece ir por el buen camino.
Enfrente tenía a Holanda, finalista en Sudáfrica y derrotada por España en el encuentro definitivo en 2010. Ahora, es una de las favoritas para ganar la Eurocopa de Ucrania y Polonia. Sin embargo, su preparación está siendo bastante irregular.
Con la convocatoria de los 23 elegidos para la Eurocopa caliente (Van Marwijk la ofreció antes del partido), había pocas opciones para probaturas. Ya estaban todos los que tenían que estar. Incluidos los dos jugadores del PSV Eindhoven, Wilfried Bouma y Jetro Willems. Fueron las dos novedades. El primero, con 33 años, volvía después de cuatro ausente.
No había necesidad de ganarse un puesto, como ocurre con España o Italia, que todavía no han definido el plantel que viajará a Polonia y Ucrania. Esa pudo ser la razón por la que Holanda salió relajada al partido. Sin el eléctrico Robben, en el banquillo, el juego de la Oranje fue demasiado pausado y poco vistoso.
En los primeros 45 minutos apenas inquietaron la portería defendida por Kolev. Sólo al final Robbie Van Persie acertó en una de las pocas ocasiones de un duelo espeso. Con su gol, Holanda se marchó por delante en el marcador.
Duró poco esa alegría. Bulgaria, tocada en su orgullo, no tardó en igualar el partido. Lo hizo Ivelin Popov al convertir un penalti cometido por Rafael Van der Vaart, que tocó el balón con una mano dentro del área. Era el minuto 50 y Holanda inició un asedio sin criterio para llevarse el duelo.
No lo logró y, además, los aficionados que llenaban el Amsterdam Arena se marcharon con mal sabor de boca por culpa del tanto de la victoria búlgaro. Llian Micanski aprovechó una mala salida del balón de Holanda para marcar el sorprendente tanto de la derrota local. Es la segunda en una semana después de perder con el Bayern de Múnich (3-2) en otro amistoso. La maquinaria holandesa no anda fina.
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