viernes, 23 de marzo de 2012

Peligra la ley del Mundial 2014 en Río

La FIFA reclama la pronta votación de la Ley del Mundial 2014. La presidenta Dilma Rousseff está de acuerdo, pero su Partido de los Trabajadores (PT, en el gobierno), sólo cuenta con 85 de las 513 bancas en la Cámara de Diputados. La oposición, y aun partidos de la coalición gobernante, no votaron el proyecto de ley.

Ponen como condición que antes se apruebe una ley de reforma del Código Forestal, que permitirá ganar tierras cultivables a costa de perder selvas y otras áreas protegidas. Cuando falta poco para que Brasil sea anfitrión en junio de Río+20, la mayor cumbre mundial del desarrollo sustentable, el Gobierno ha indicado que no votará la reforma del Código Forestal si ésta implica un retroceso muy grande para el medio ambiente y la selva tropical en favor de la explotación agropecuaria.

Patada. El secretario general de la FIFA, el francés Jerôme Valcke, dijo que Brasil necesitaba “una patada en el culo” para acelerar los preparativos del Mundial. El punto más polémico de la ley de la Copa es la legalización de la venta de alcohol en los estadios, exigencia de la FIFA que tiene como auspiciante a una cervecera.

El proyecto de ley limita a 300 mil las entradas vendidas a precio reducido para estudiantes y mayores de 60 años, y fija garantías y responsabilidades legales para Brasil y para la FIFA. Entre las causas de la crisis actual se cuenta el estilo de gestión: a Dilma no le gusta hacer política con el Parlamento, prefiere hablar con técnicos. “Obstruiremos hasta votar el Código Forestal”: así resume la situación el jefe de la bancada ruralista, el diputado conservador Rubens Moreira Mendes.

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