La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) donará 32.000 entradas a partidos del Mundial del 2014 a igual número de discapacitados, anunciaron ayer los exfutbolistas Romário y Ronaldo.
La Confederación distribuirá entre los discapacitados 500 entradas para cada partido, añadieron.
La donación fue anunciada en una rueda de prensa en Río de Janeiro ofrecida por Ronaldo, miembro del consejo administrador del Comité Organizador Local (COL) del Mundial de 2014, y Romário en su condición de integrante del Frente Parlamentario de Defensa de las Personas con Deficiencias.
Las entradas gratuitas venían siendo negociadas por Romário, diputado federal del estado de Río de Janeiro, pero las conversaciones se aceleraron este mes, cuando Ronaldo fue nombrado como miembro del COL.
"Hice la solicitud para saber si sería posible garantizarle una conquista a esa parte de nuestra sociedad y obtuve una rápida respuesta", afirmó un conmovido Romário, que lloró durante la entrevista, al admitir que no tenía muchas esperanzas de obtenerlas.
Desde que asumió su mandato como parlamentario, en febrero pasado, el ex goleador del Barcelona español se ha caracterizado por su trabajo en defensa de los discapacitados y por su labor como fiscalizador de la organización del Mundial.
"Estoy feliz con la velocidad de la respuesta. Ricardo Teixeira (presidente de la CBF) me dijo que, independientemente de lo que sea aprobado por la Ley General del Mundial, la Confederación, como entidad privada, donará esas 32.000 entradas", agregó Romário, que tiene una hija con síndrome de Down.
La Ley General del Mundial, actualmente debatida en el Congreso, es una legislación especial que incluye, entre otros, los compromisos asumidos por el Gobierno ante la FIFA para adjudicarse el derecho de organizar el evento deportivo en 2014.
Pero el proyecto presentado por el Gobierno fue criticado por la FIFA, que ha pedido algunas modificaciones.
La FIFA se opone, por ejemplo, a la concesión de descuentos en las entradas a ancianos y estudiantes de escuelas públicas y a la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en los estadios, lo que está previsto en las leyes brasileñas.
Para superar dicho problema, el Gobierno, el Congreso y la FIFA están negociando un acuerdo que puede destinar parte del millón de boletos que será vendido en el país a ancianos, estudiantes, discapacitados e indígenas, que pagarán "precios populares".EFE
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