La FIFA pretende ofrecer entradas baratas para los pobres brasileños en el Mundial 2014, siguiendo el modelo de Sudáfrica 2010, dijo el secretario general del ente, Jérôme Valcke, en una entrevista publicada hoy por el diario Folha de São Paulo.
"Tenemos que trabajar en una entrada de categoría 4 (...) que dé acceso a todos los brasileños que no pueden pagar mucho", dijo el responsable de la FIFA.
Valcke afirmó que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, le pidió respetar una ley federal del país que concede a los jubilados descuentos del 50 por ciento en los boletos de partidos de fútbol, además de en cines, teatros, museos y otros espectáculos culturales.
"Cuando la presidenta Rousseff me dijo que hay una ley para proteger a los mayores de 65 años con 'media entrada', le dije: no quiero cambiar esa ley", aseguró.
No obstante, Valcke evitó usar los mismos términos al referirse a los estudiantes, que también tienen el derecho a pagar la mitad del precio de las entradas de los partidos de fútbol en casi todo Brasil, en este caso gracias a las legislaciones regionales.
"Queremos tener seguridad de que no nos enfrentamos a un número de comunidades con acceso a la media entrada", aseveró Valcke, para quien es "más justo" favorecer a los brasileños con menor nivel adquisitivo.
Sobre su encuentro con Rousseff, que tuvo lugar en Bruselas hace tres semanas, Valcke dijo que fue "exitoso" y que ambas partes se mostraron flexibles a las exigencias del otro.
Valcke afirmó, sin embargo, que "la principal preocupación" de la FIFA es verificar "el nivel de compromiso" del Gobierno de Rousseff con los acuerdos que se había alcanzado con su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
"Desde 2007 estamos negociando para finalizar un documento. En abril de 2011 llegamos a un acuerdo y después hubo enmiendas", comentó.
En relación a las obras de los estadios, reiteró que "el calendario está apretado" y que "definitivamente hay una preocupación" con la preparación de la Copa de las Confederaciones de 2013, motivo que llevó a la FIFA a designar solo cuatro sedes para ese torneo: Belo Horizonte, Brasilia, Fortaleza y Río de Janeiro.
"Algunos estadios se entregarán un poco tarde, pero antes del primer partido del Mundial. Uno de los mayores desafíos es el Maracaná (de Río de Janerio, sede de la final) porque hay un gran nivel de trabajo", agregó en la entrevista al rotativo paulista.
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