jueves, 22 de septiembre de 2011

Pelé: Menos de mil días

Embajador honorario Mundial Brasil 2014

No es de hoy que Brasil encanta al que lo conoce. Las bellezas naturales, la biodiversidad y la cultura, la creatividad y la alegría contagiante del pueblo brasileño han marcado siempre a aquellos que tuvieron la oportunidad de conocer a mi país.

Faltando menos de 1.000 días para la Copa del Mundo FIFA 2014, tengo motivos para creer que, además de dichas cualidades, que siempre nos caracterizan, otros atributos, como la competencia, la seriedad, la innovación, la transparencia, la sostenibilidad, la diversidad y la democracia contribuirán para que aquellos que vengan a Brasil se encanten aún más con él.

Nuestra economía, hoy la séptima del mundo, es diversificada, innovadora y combina crecimiento, estabilidad, sostenibilidad e inclusión social. En la última década, de forma impresionante, más de 40 millones de personas ascendieron a la clase media, que hoy es mayoritaria en Brasil. Dicho contexto contribuye para una bajada significativa de los índices de criminalidad en las ciudades brasileñas, de manera que estamos cada vez más capacitados para garantizar la seguridad de nuestra población y de los turistas que nos visitan.

La evolución también es visible en el campo de la infraestructura. No sólo se entregarán estadios, dentro del cronograma establecido, como también, la ampliación y modernización de puertos, aeropuertos y de equipamientos urbanos, incluyendo legados importantes en las áreas del transporte, turismo, comunicaciones y energía. Todas las informaciones, obras e inversiones relacionadas con la Copa se pueden acompañar, en tiempo real, por Internet, lo que será aún más fácil a partir del lanzamiento del sitio oficial de la Copa por el Gobierno Federal (www.copa2014.gov.br). Los medios de comunicación y la sociedad están atentos a cada detalle. Ése y otros mecanismos de transparencia, de monitoreo y de control han servido para inhibir e identificar, con eficacia, potenciales desvíos, enriqueciendo, con ello, la democracia brasileña.

El brasileño se enorgullece de ser fruto de una mezcla de etnias, religiones, orígenes y colores. Somos una nación en la que todos – inclusive turistas – se sienten en casa. Tenemos la convicción de que nuestra fuerza y nuestra creatividad, en todas las áreas, hasta en nuestro fútbol, nace de dicha diversidad, de dicha mezcla. Es por eso que creo que la democracia sembró raíces profundas en Brasil.

Está claro que aún hay mucho por hacer. Está claro también, que problemas antiguos persisten y que nuevos problemas surgen para desafiarnos. Lo que me deja optimista es que Brasil está cada vez más capacitado para lidiar con ellos. Pienso, en ese sentido, que la Copa del Mundo FIFA 2014 vino al Brasil en el momento adecuado, como una gran oportunidad para que nuestro pueblo pueda mostrar al mundo que sabemos hacer las cosas bien, no sólo en deporte.

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