Henrique, Gabriel Silva y Dudu con goles, y Willian y Oscar con movimientos desestabilizadores sacaron a Brasil del atasco al que lo llevó Arabia Saudí durante medio partido y lo pusieron en ruta de colisión con España, este domingo, por un pase en las semifinales del Mundial Sub 20.
Las tribunas llenas por 50.000 personas en el estadio Metropolitano de Barranquilla debieron esperar 46 minutos reglamentarios para ver expuesta la superioridad de Brasil con un tanto de Henrique.
La clasificación se afirmó con otros dos goles que entraron como puñales en sendas jugadas de contragolpe, no de combinación corta o gestada en sucesivas combinaciones. Gabriel Silva a los 69 y Dudu a los 86.
Otra goleada para un equipo que solo ha encajado un gol en cuatro partidos, pero que ha debido esperar al segundo tiempo para resolver los problemas que le plantearon sus rivales en los dos últimos partidos. Brasil se fue de Barranquilla con sonoros aplausos y mañana volará a Pereira, la sede del próximo desafío, ahora con España.
Pero las cosas no fueron tan fáciles como muestra el resultado aunque sí demostró que a falta de un juego colectivo, los jugadores de Ney Franco pesan más y saben resolver cuando el peligro acecha.
Fhad Almuwallad dio el primer aviso al minuto, al ganar la espalda de los centrales Bruno Uvini y Fernando después de quebrarles la cintura con un regate corto, en una baldosa. Pero su remate a la puerta, salió desviado sin que en su vuelo Gabriel pudiera alcanzar el balón. La falta de puntería de Almuwallad sería al final la causa de que Arabia se fuera al descanso en blanco.
Khalid Alkoroni había advertido que el secreto de este partido radicaba en tomar el control de la mitad de la cancha, y para lograrlo pobló el sector hasta con diez piernas verdes con el único objetivo de cortar la comunicación de Fernando, Casemiro y Danilo con Oscar, y de este con Philippe Coutinho y Henrique en el frente.
Sin respuestas colectivas de la mitad hacia arriba, el equipo Canarinho no vio otro camino que buscar la salida desde el fondo: unas veces con Gabriel Silva por la izquierda, otras con Galhardo, el nuevo custodio del callejón derecho; y en los tiros con balón parado se vio merodear a los centrales frente a Abdullah Alsdairy.
La ida de los defensas pareció dar respuestas, pero el regreso fue más lento que las descolgadas en contragolpe de Almuwallad y Yahya Dagriri, o los lanzamientos profundos, como puñal, de Yasir Alfahmi.
En apenas cinco minutos, a partir del decimoctavo, Henrique tuvo dos oportunidades de correr para el abrazo, pero en la primera valieron mas los reflejos felinos de Abdullah Alsdary para detener la trayectoria del balón, y en la segunda su lentitud para apretar el gatillo dio tiempo a Alfatil para desarmarlo en el piso.
Del lado de la selección saudí, el número nueve, Almuwallad, hizo ver lentos y pesados a los defensores brasileños. Sus descolgadas alternadas por todo el frente de ataque llevaron vértigo a quien quiso plantarle cara y pusieron en estado de alerta al entrenador Ney Franco.
Con un impreciso Henrique para definir en el primer tiempo y un Philippe Coutinho desaparecido en la cancha lisa por la lluvia, el peso del piano recayó en Oscar, el único capaz de buscarse la vida entre los coordinados zagueros, incluso con un cabezazo por encima del larguero y la víctima de una falta que Brasil reclamó como penalti en el primer tiempo.
Los hijos del Desierto también reclamaron uno al árbitro húngaro Istvan Vad y el no para unos y para otros pareció apagar la discusión.
Para la segunda fase, Franco, quitó un cabeza de área en la mitad, Casemiro, y envió a Willian al frente, con lo que retrasó a Philipe Coutinho para apoyar a Oscar en la creación.
Bastaron sesenta segundos para que el nuevo posicionamiento operara: lanzamiento desde el centro de la cancha de Fernando, Willian abre con sus piernas un callejón para permitir el paso del balón y Henrique gana en tres metros la carrera a sus custodios y firma el tercer tanto de su cuenta con un remate cruzado.
Se fue herido como los héroes el punta del Sao Paulo, con la preocupante señal de haber sufrido una lesión de consideración en el brazo izquierdo tras un choque violento con el meta Aldsdairy.
La bandera de Henrique la recogió el gigante Willian como punta de lanza y con el ingreso de Dudu, el ataque se tornó alternativo desde la izquierda.
Fue por esa banda que surgió un pelotazo que puso a Willian, compañero de Henrique en el Sao Paulo, al frente de un contragolpe, amague al interior, el balón que se le escapa unos centímetros y aparece de atrás el lateral Gabriel Silva para ajustar la jugada y poner el tranquilizador 2-0 a los 69 minutos.
Para entonces Arabia Saudí daba muestras de carecer de un plan B para remontar y Brasil entendió que podía dosificar el gas pensando en el compromiso de cuartos de final del próximo domingo contra España, que debió exigirse hasta una casi eterna tanda de penaltis para desarbolar a Corea del Sur.
Pero había más de lo mismo. A los 86 minutos balón a la espalda de los defensores saudíes y esta vez Dudu, que ya era dueño de ese callejón de la izquierda, apareció solo para pasar sin presiones con un fino remate la bola por entre las piernas del arquero. Caso juzgado. Brasil y España a Pereira en cuartos de final.
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