El presidente de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), Jean-Pierre Escalettes, dijo el miércoles que se sintió impotente ante la revuelta de los jugadores de la selección francesa en el Mundial, lo que conllevó finalmente en la renuncia de su cargo.
Por su parte, el Gobierno negó estar interfiriendo en asuntos futbolísticos después de que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, amenazara el martes con suspender a la FFF si los políticos intervenían. Escalettes, quien renunció a su cargo el lunes tras el fiasco de la selección gala en el Mundial, señaló a una comisión del Parlamento que no pudo hacer nada para detener a los jugadores de boicotear un entrenamiento en apoyo al delantero Nicolas Anelka, expulsado de la concentración por insultar al técnico.
El alto cargo, de 75 años, informó a la comisión del incidente en Knysna, provincia del Cabo Occidental, y de cómo intentó disuadir a los jugadores. Los jugadores, que terminaron el Mundial con sólo un punto y un gol en tres partidos, continuaron igualmente con las protestas en contra de la decisión de la federación de expulsar a Anelka por los insultos a Raymond Domenech.
Escalettes y Domenech, quien también asistió a la audiencia del miércoles, señalaron a la comisión que intentaron persuadir por todos los medios a los jugadores rebeldes. "El (Escalettes) nos dijo que en el autobús, ellos (Escalettes y Domenech) utilizaron todos los argumentos imaginables, pero que los intentos fueron en vano", señaló Lionel Tardy, un miembro de la comisión, a la prensa.
"Escalettes dijo que se enfrentaron a un muro (de oposición), algo que jamás había experimentado en sus 50 años en el mundo del fútbol, y que no pudieron hacer que cediera", agregó. Escalettes fue duramente criticado por no poder prevenir los problemas en el equipo, pero además por apoyar incondicionalmente a Domenech tras el fracaso en la Eurocopa 2008.
Domenech, cuya falta de autoridad y visión quedaron en evidencia en el Mundial, señaló a la comisión que el periódico deportivo L'Equipe contribuyó al colapso del equipo por publicar los duros insultos de Anelka en su portada.
Amenazas de suspensión
Blatter amenazó con suspender a la FFF si los políticos galos seguían interviniendo en el fútbol. Si Francia fuera suspendida, la selección no podría jugar torneos internacionales y los clubes se verían impedidos de disputar competiciones europeas.
"Nunca ha habido una intervención del Gobierno en temas de la Federación Francesa de Fútbol", señaló Luc Chatel, portavoz del Gobierno, a la prensa. La ministra de Deportes, Roselyne Bachelot, declaró la semana pasada que la renuncia de Escalettes a la presidencia de la FFF era "inevitable".
"Ella (Bachelot) indicó que personalmente creía que su renuncia era inevitable, pero jamás la exigió", dijo Chatel. La pésima actuación de la selección francesa abrió un debate a nivel nacional e incluso altos miembros de la política se han visto involucrados en el tema.
"Es normal que miembros del Parlamento intenten averiguar qué pasó exactamente, porque es un tema de preocupación nacional", dijo Chatel.
Por su parte, el Gobierno negó estar interfiriendo en asuntos futbolísticos después de que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, amenazara el martes con suspender a la FFF si los políticos intervenían. Escalettes, quien renunció a su cargo el lunes tras el fiasco de la selección gala en el Mundial, señaló a una comisión del Parlamento que no pudo hacer nada para detener a los jugadores de boicotear un entrenamiento en apoyo al delantero Nicolas Anelka, expulsado de la concentración por insultar al técnico.
El alto cargo, de 75 años, informó a la comisión del incidente en Knysna, provincia del Cabo Occidental, y de cómo intentó disuadir a los jugadores. Los jugadores, que terminaron el Mundial con sólo un punto y un gol en tres partidos, continuaron igualmente con las protestas en contra de la decisión de la federación de expulsar a Anelka por los insultos a Raymond Domenech.
Escalettes y Domenech, quien también asistió a la audiencia del miércoles, señalaron a la comisión que intentaron persuadir por todos los medios a los jugadores rebeldes. "El (Escalettes) nos dijo que en el autobús, ellos (Escalettes y Domenech) utilizaron todos los argumentos imaginables, pero que los intentos fueron en vano", señaló Lionel Tardy, un miembro de la comisión, a la prensa.
"Escalettes dijo que se enfrentaron a un muro (de oposición), algo que jamás había experimentado en sus 50 años en el mundo del fútbol, y que no pudieron hacer que cediera", agregó. Escalettes fue duramente criticado por no poder prevenir los problemas en el equipo, pero además por apoyar incondicionalmente a Domenech tras el fracaso en la Eurocopa 2008.
Domenech, cuya falta de autoridad y visión quedaron en evidencia en el Mundial, señaló a la comisión que el periódico deportivo L'Equipe contribuyó al colapso del equipo por publicar los duros insultos de Anelka en su portada.
Amenazas de suspensión
Blatter amenazó con suspender a la FFF si los políticos galos seguían interviniendo en el fútbol. Si Francia fuera suspendida, la selección no podría jugar torneos internacionales y los clubes se verían impedidos de disputar competiciones europeas.
"Nunca ha habido una intervención del Gobierno en temas de la Federación Francesa de Fútbol", señaló Luc Chatel, portavoz del Gobierno, a la prensa. La ministra de Deportes, Roselyne Bachelot, declaró la semana pasada que la renuncia de Escalettes a la presidencia de la FFF era "inevitable".
"Ella (Bachelot) indicó que personalmente creía que su renuncia era inevitable, pero jamás la exigió", dijo Chatel. La pésima actuación de la selección francesa abrió un debate a nivel nacional e incluso altos miembros de la política se han visto involucrados en el tema.
"Es normal que miembros del Parlamento intenten averiguar qué pasó exactamente, porque es un tema de preocupación nacional", dijo Chatel.
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