Los cánticos son eufóricos y pisar tierra sudafricana, apenas descendieron del inmenso jumbo de South African Airlines, los volvió “locos”, más hinchas, más futboleros. Argentinos, brasileños, uruguayos y hasta chilenos se encontraron ayer en un lugar que por estos días luce un rostro diferente, agitado por el ir y venir de funcionarios y personal de seguridad, y por el color y el matiz que le dan los cientos de aficionados que ya palpitan la Copa del Mundo que ya llega.
Los brasileños ayer eran mayoría, pero en ese pequeño bosque de chamarras amarillas y verde (casi todos fanáticos de Corinthians) resaltaba la inmensa cabellera de Claudio Ribeiro, un aficionado de más de 50 años que fue la atracción para locales y visitantes. “Mi peine está ahí”, dijo apuntando a la maleta mientras posaba ¡hasta con varios agentinos! Orgulloso, Ribeiro dijo que asiste a su octavo Mundial y espera retornar a su Sao Paulo natal con el “hexa” brasileño.
El objetivo de los hinchas era sentar presencia de entrada. “A Argentina se le escapó la tortuga y llegó hasta Sudáfrica”, rezaba una inmensa bandera albiceleste colgada en uno de los pisos del inmenso aeropuerto de Johannesburgo. Pero lo mejor estaba por venir, ya que en medio de flash y de los gritos de chilenos, argentinos y brasileños, retumbaron una decena de vuvuzelas (cornetas) con pequeños de no más de cinco años que acapararon la atención de casi todos los visitantes.
La pequeña caravana se encaminó hacia los aficionados que comenzaron a saltar con ellos y a tomarse fotos para tenerlas de recuerdo, incluido el mismo Ribeiro, quien hasta minutos antes había sido el centro de atención por su voluminosa cabellera. Resultaba llamativo cómo los pequeños hinchas lograban hacer sonar fuertemente la alargada trompeta que hoy mismo se ha vuelto una especie de símbolo porque es una marca registrada de los “Bafana Bafana”, como llaman a los fanáticos del fútbol en Sudáfrica.
Luego un grupo de chilenos rodeó a dos morochos que sólo entendían inglés para que gritaran junto a ellos el clásico “Chi, chi, chi… le, le, le, viva Chile”, un grito al que accedieron pese a las carcajadas que les causaba el hecho de no pronunciar bien las palabras. El movimiento de la afición está así, agitado, eufórico, con ribetes de felicidad en los rostros por ya estar en la tierra africana que por primera vez albergará una Copa del Mundo.
El clima, por cierto, ayuda bastante para el ambiente que se respira, ya que durante el día la temperatura asciende a los 20 grados centígrados, pero por la noche el frío se hace sentir. Otro de los aspectos llamativos de esta Sudáfrica mundialista son sus principales avenidas, adornadas durante el trayecto con los colores de las banderas de las 32 selecciones que estarán en el Mundial. Por cierto, gran parte de los “Bafana Bafana”, en las encuestas de los medios locales, han dejado en claro que, después de Sudáfrica, el corazón late por Brasil, una camiseta que desde hace días ha invadido el territorio de la sede del Mundial.
La otra mirada
GOYCO Y SU MOLESTIA
El ex arquero de la selección argentina y ahora conductor de televisión Sergio Goycochea pasó una mala jornada. Tras su arribo de ayer por la mañana, proveniente de Buenos Aires, no aparecía una de sus maletas. Protestó bastante y originó un intenso movimiento para al final conseguirla.
SIN VOLUNTARIOS
El personal de apoyo de FIFA para la gran cantidad de turistas que normalmente asiste a este megaevento no se ha hecho notar. Las consultas de los turistas que llegaron ayer fueron saciadas por una sala de turismo.
ÚLTIMOS DETALLES
Las afueras del Soccer City, el estadio donde se inaugurará el viernes 11 la Copa del Mundo, lucen espectaculares, eso sí, todavía hay mucha gente trabajando a full para no dejar pasar nada. Por cierto, la prensa todavía no tiene acceso por cuestiones de seguridad. Muchos periodistas estuvieron rondando el escenario luego de recoger sus acreditaciones.
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