El Mundial bate récords de audiencia en todo el mundo pero hay un lugar de Brasil, a sólo tres kilómetros del estadio Itaquerao de Sao Paulo, donde el único televisor del que disponen las 4.000 familias del asentamiento se mantiene apagado a la hora en que se juegan todos los partidos, incluso los de Brasil.
Esta "isla de Brasil” que no mira el Mundial se llama Copa do Povo (Copa del Pueblo), un nombre irónico en forma de protesta contra los 424 millones de dólares que costó el estadio vecino. La silueta del Itaquerao puede verse desde las laderas, donde miles de casas precarias se amontonan una tras otra.
"Brasil jugó el sábado contra Chile y en Copa del Pueblo sólo había silencio. Acá no se ven los partidos. Si alguien quiere mirarlo tiene que irse a la casa de familiares que tengan televisores”, dijo a DPA Marciano Kappaun, antropólogo de la Universidad de Sao Paulo que se instaló en las tolderías del lugar para estudiar el fenómeno.
Copa del Pueblo es una ladera que estaba en desuso y fue ocupada dos meses antes de que comenzara el torneo por miles de personas, entre ellas una gran mayoría proveniente del barrio de Itaquera, en la periferia de Sao Paulo, que debió reubicarse después de que la construcción del Itaquerao aumentara el valor de las viviendas de la zona.
"La gente pagaba 300 reales por mes (150 dólares estadounidenses) antes de que comenzara la construcción del estadio, pero después el alquiler pasó a 600 y muchos tuvieron que irse a otro lugar. Sin disponer de dinero, aquí encontraron la solución”, explicó Kappaun.
La ocupación está al cargo del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), una organización apolítica que fue fundada hace 17 años tras una derivación del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST).
En las paredes se pueden leer grafitis como "Toda Copa tiene que ser del pueblo”.
Las tolderías tienen palos, las "paredes” son bolsas de nailon, y los baños y las cocinas son comunitarios. "Las condiciones de vida son pésimas, pero es lo mejor que tenemos. Acá hay lluvia, frío e insectos”, se resignó Francisco, uno de los ocupantes.
La casilla perteneciente a la jefatura del MTST es el único cuarto con electricidad del campamento, y en el que se encuentra el único televisor del lugar. Sin embargo, el aparato sólo se enciende para seguir los noticieros de información general.
Ni siquiera el inicio del Mundial rompió la normativa: Copa del Pueblo no mira el Mundial.
"Los partidos los voy a ver a mi trabajo. Entiendo que por las normas del asentamiento se haya decidido no ver el Mundial. Nuestras prioridades son otras. Pero eso no quita que todos alentemos a Brasil y queramos el hexacampeonato. Somos tan brasileños como los que van a los estadios”, aseguró a DPA Katja, una de las ocupantes del lugar.
Los voceros del asentamiento se encargan de recalcar que el MTST no está en contra del fútbol ni del Mundial, pero sí de los millonarios gastos que Brasil hizo para el torneo. "El Itaquerao no va a ser de los gringos”, aseveró un líder del lugar.
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