Un 'enchufado' Frank Ribéry mejoró ostensiblemente la imagen de Francia a diez días de su debut en la próxima Eurocopa y permitió a los de Laurent Blanc lograr una brillante victoria ante Serbia (2-0) que reafirma sus opciones de hacer algo importante en Ucrania y Polonia.
Los Bleus sumaron así su vigésimo partido consecutivo sin conocer la derrota y volvieron a demostrar que le tienen tomada la medida a los equipos de la antigua Yugoslavia, contra los que nunca han perdido.
Francia comienza a tener el aspecto de un favorito para la Eurocopa y de ello tiene mucha responsabilidad Ribéry.
El jugador del Bayern Múnich tiene muchas espinas que sacarse y parece dispuesto a comenzar a hacerlo en la próxima competición.
Autor de una gran temporada con su club, se quedó con la miel en los labios al caer en la final de la UEFA Champions League.
Con su selección, su rostro sigue siendo para muchos aficionados galos el del escándalo del pasado Mundial, uno de los pocos supervivientes de aquella selección que fue noticia por los malos resultados, los plantes y las peleas que protagonizaron en Sudáfrica.
Ahora quiere enmendar aquel borrón y parece dispuesto a echarse a la espalda a una selección de Francia que, con él en el campo, ha mostrado su mejor imagen.
Arregló el desaguisado que sus compañeros habían causado, sin él en el terreno de juego, frente a la débil Islandia el pasado domingo. Entró con un 0-2 en el marcador y, gracias a su soberbia actuación, el equipo dio la vuelta al resultado.
Contra Serbia fue el artífice del mejor primer tiempo que los aficionados francesas recuerdan de su selección.
Comenzó muy fuerte Francia y timorato un equipo serbio que Mihailovic había dispuesto para defender su portería, tras haber caído el pasado sábado contra España (2-0).
Apenas tardó once minutos el eléctrico jugador del Bayern en abrir la lata serbia. Lo hizo con una internada por la izquierda, su ámbito favorito, una jugada rápida y potente que despistó a la zaga rival.
Precisó de un apoyo de Clichy, el jugador que disputa a Patrice Evra un lugar en el lateral zurdo. El defensor del Manchester City devolvió la bola y Ribéry marcó a placer.
Francia era un vendaval y Ribéry su impulso. Con las líneas adelantadas, los Bleus ahogaron cualquier intento de reacción serbia.
Y la presión dio sus frutos porque los visitantes perdieron un balón en la medular del área en el minuto 15, con tan mala suerte para ellos que llegó a los pies de Malouda, que de potente disparo encontró la escuadra de Brkic.
El tanto no sació a los Bleus, que siguieron buscando un tercero y dispusieron de ocasiones para lograrlo. Benzema tuvo las suyas, el propio Ribéry repitió y también Cabaye, signo del fútbol total y ofensivo que predica Blanc.
El segundo tiempo calmó algo el juego, Serbia se estiró tímidamente y el carrusel de cambios propio de un amistoso desconcertó el juego.
Francia tenía lo que buscaba, un nuevo triunfo cargado de moral antes de la Eurocopa y una imagen renovada de su equipo. Y un líder en la persona de Ribéry que puede convertirse en el hombre decisivo.
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