martes, 15 de julio de 2014

Scolari se va como el DT de la humillación

La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) confirmó la salida de Luiz Felipe Scolari de la dirección técnica de la Seleçao tras una decepcionante campaña en la Copa Mundial-2014, de la que fue su anfitrión y en la que obtuvo el cuarto puesto.

"El pedido de dimisión fue aceptado por el presidente (de la CBF José María) Marín, que agradeció a todos los integrantes de la comisión técnica y a los jugadores", señaló una nota de la CBF divulgada en su sitio web.

La CBF anunció además que este jueves ofrecerá una conferencia de prensa sobre el tema, pero hasta el momento no mencionó al posible sucesor de Scolari al frente de la selección.

"Scolari y toda su comisión técnica merecen nuestro respeto y agradecimiento. Fueron responsables por devolver al pueblo brasileño el amor por la Seleção, aún cuando no se haya conseguido nuestro objetivo mayor", señaló Marín en la nota.

En la comisión técnica saliente también está el coordinador Carlos Alberto Parreira, campeón del Mundo como entrenador de Brasil en 1994.

La madrugada de este lunes la prensa brasileña ya había adelantado que la CBF no prolongaría el contrato de Scolari tras la mediocre participación de Brasil en el Mundial.

Conocido como 'Felipao', Scolari puso su cargo a disposición el sábado pasado, después de que Brasil cayera ante Holanda por 3-0 en encuentro disputado por el tercer puesto del Mundial.

Ya el martes anterior la Seleçao había sufrido la peor goleada de su historia en las semifinales contra Alemania, al caer por 7-1 en una catástrofe deportiva comparable al 'Maracanazo' de 1950, cuando Brasil perdió la final ante Uruguay en el primer Mundial que organizó en su casa.

Las críticas a Felipao como DT

Felipao ya fue campeón del mundo con Brasil en 2002 y había asumido las riendas de la selección Canarinha en diciembre de 2012, seis meses antes de la disputa de la Copa Confederaciones de Brasil.

En esa competición, considerada un ensayo antes del Mundial, la Seleçao se llevó el título tras vencer con contundencia en la final a la por entonces campeona del Mundo, España (3-0).

Brasil comenzó entonces a prepararse para el Mundial, en el que aspiraba a conseguir su sexta estrella y primera en casa, pero nunca llegó a despejar las dudas de los críticos con el estilo poco vistoso de Scolari.

Aunque Brasil pasó la primera fase como primera del grupo A, en octavos de final tuvo que acudir hasta los penales para deshacerse de una aguerrida selección de Chile (1-1). En aquel partido el equipo dio una imagen de gran inestabilidad cuando todos sus jugadores acabaron en llanto, incluido el experimentado portero Julio Cesar, antes de la tanda de penales.

En cuartos, Brasil venció a Colombia (2-1), pero perdió a su astro Neymar para el resto del torneo a causa de una fractura en la tercera vértebra lumbar en el partido ante Colombia, lo que marcó un punto de inflexión en la Seleçao.


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