España se proclamó campeona del Mundial 2010, gracias a su triunfo ante Holanda (1-0), tras un ejercicio de paciencia para combatir el juego duro por el que apostó la selección holandesa, la magia de Andrés Iniesta, autor del gol más importante de la historia de la 'Roja' y dos intervenciones salvadoras de Iker Casillas.
Las claves son: La magia de Iniesta:
Inscribe su nombre en la página más brillante de la historia de la selección española al marcar el tanto de su vida. Asistido por Cesc Fábregas cerró con su disparo cruzado a la red una exhibición de fútbol. Aguantó estoicamente mil patadas, la dureza del rival para que no desequilibrase. Esperó su momento, tras inventar mil regates y jugadas de peligro. Acabó recibiendo el deseado premio. Desatando la locura y haciendo triunfar al fútbol.
Un ejercicio de paciencia:
España se encontró a un rival que apostó por la dureza antes que por medir estilos de juego. Confiado en la velocidad de su ataque, con los contraataques liderados por Arjen Robben, subió el listón de dureza hasta un punto que frenó la brillantez con la que la 'Roja' comenzó la final. Los internacionales españoles tuvieron que realizar un ejercicio de paciencia, para no entrar en el mismo juego y buscar el camino a la gloria con su seña de identidad, el toque.
Iker Casillas, salvador:
El capitán de España demostró las razones por las que lleva dos años siendo nombrado el mejor portero del mundo. Ha aparecido en el Mundial para salvar a la selección en momentos que antes mandaban para casa. Con un penalti parado en cuartos a Paraguay, dos acciones en la semifinal contra Alemania y dos manos a manos con Robben en la gran final. La crítica que acompañó su llegada a Sudáfrica la vuelve a silenciar con el duende que siempre tiene en los momentos decisivos.
Despliegue físico:
Con Sergio Ramos y Xavi Hernández como grandes referencias, los dos jugadores que más kilómetros hacen por partido (una media de 12), muestran el nivel físico de una selección que ha ido a más. El mérito es de Javier Miñano, que cargó al límite los días previos al Mundial, con un plan que tendría su premio según avanzase el campeonato. Se cumplió al dedillo. A la hora de la verdad, España ha sumado a su fútbol brillante una condición física ejemplar.
La mentalidad ganadora:
La generación de oro del fútbol español ha dejado en el olvido viejos complejos. Por su mente solo pasa la victoria, sea cual sea el rival al que se enfrenten. La idea siempre es dominar, adueñarse del balón como primer paso para desatar un fútbol repleto de brillantez. La mentalidad y el saber competir lo han demostrado en los duelos decisivos, todos ganados por la mínima 1-0 desde octavos de final hasta la gran cita en el Soccer City. (EFE).
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