Los siete goles marcados a la RDP de Corea en la segunda jornada del Grupo G suponen hasta ahora la mayor goleada de la Copa Mundial de la FIFA 2010 y tuvieron eco en todo el mundo. No en vano, Portugal acababa de anotarse la victoria más abultada de su historia en la gran cita mundial y conseguía así el mejor resultado de una excelente racha que ya dura año y medio.
El final del año 2008 no fue fácil para el combinado luso. Portugal empezó con mal pie la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, al perder en casa contra Dinamarca (2-3) su primer partido, al que siguieron dos empates sin goles con Suecia y Albania. Sin embargo, el peor momento estaba reservado para el mes de noviembre. La selección portuguesa cayó por 6-2 en un amistoso frente a Brasil y el resultado encendió las alarmas, aunque los acontecimientos posteriores acabarían demostrando que no había razón para eso.
Una vez que se toca fondo sólo se puede ir en una dirección: hacia arriba. Eso fue precisamente lo que hizo Portugal después de la humillación de Brasilia. Los portugueses se lanzaron a una racha de imbatibilidad que dura ya 18 partidos, ocho de ellos amistosos, y en la que ha registrado nada menos que once victorias y siete empates. Esta excepcional trayectoria se pondrá a prueba este viernes, precisamente contra el último equipo que logró derrotar a los pupilos de Carlos Queiroz.
La selección lusa se juega el pase a octavos de final y el primer puesto del Grupo G, ya que Brasil ya está clasificado para la segunda ronda independientemente del resultado que se registre en el duelo que ambos disputarán en Durban.
Eduardo se mantiene invicto
Obviamente, los buenos resultados se reflejan en el rendimiento defensivo y ofensivo del equipo. Tras la derrota ante Brasil y hasta el partido contra la RDP de Corea, Portugal anotó 34 goles y recibió sólo tres, cifras que evidencian el equilibrio de un equipo cada vez más en forma y en el que destaca un dato curioso.
El guardameta Eduardo se estrenó con la selección portuguesa en el primer partido de 2009, poco después de la goleada de Brasilia, y, desde entonces, aún no conoce la derrota con los colores nacionales. Un premio que el guardameta se tiene muy merecido, en opinión de Tiago, autor de dos de los siete goles de Portugal contra los norcoreanos.
“Lleva relativamente poco tiempo con el equipo y ha estado simplemente fantástico. Nos ayuda mucho y le da una enorme confianza al grupo. Sólo espero que continúe así”, declaró a la FIFA el mediocampista, que también tuvo elogios para el rendimiento defensivo de Portugal.
“No nos han marcado muchos goles y eso es muy importante, sobre todo en un Mundial. La defensa ha estado espectacular y queremos continuar así, aunque sabemos que frente a Brasil nos espera un reto muy complicado. Si no recibimos goles, habremos cumplido nuestro objetivo [el empate es suficiente para que Portugal se clasifique] y daremos un paso más hacia nuestro sueño”, añadió Tiago, uno de los internacionales que disputó el último enfrentamiento entre Portugal y Brasil.
“Ya pasó hace tiempo, pero es obvio que no lo hemos olvidado. Fue una derrota muy dolorosa, pero también supuso un punto de inflexión, porque desde entonces hemos concedido pocos goles. Ahora somos un equipo más compacto y con mucha más confianza, y tengo la certeza de que el Portugal-Brasil de este viernes será un gran partido”, aseguró el mediocampista.
El final del año 2008 no fue fácil para el combinado luso. Portugal empezó con mal pie la fase de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010, al perder en casa contra Dinamarca (2-3) su primer partido, al que siguieron dos empates sin goles con Suecia y Albania. Sin embargo, el peor momento estaba reservado para el mes de noviembre. La selección portuguesa cayó por 6-2 en un amistoso frente a Brasil y el resultado encendió las alarmas, aunque los acontecimientos posteriores acabarían demostrando que no había razón para eso.
Una vez que se toca fondo sólo se puede ir en una dirección: hacia arriba. Eso fue precisamente lo que hizo Portugal después de la humillación de Brasilia. Los portugueses se lanzaron a una racha de imbatibilidad que dura ya 18 partidos, ocho de ellos amistosos, y en la que ha registrado nada menos que once victorias y siete empates. Esta excepcional trayectoria se pondrá a prueba este viernes, precisamente contra el último equipo que logró derrotar a los pupilos de Carlos Queiroz.
La selección lusa se juega el pase a octavos de final y el primer puesto del Grupo G, ya que Brasil ya está clasificado para la segunda ronda independientemente del resultado que se registre en el duelo que ambos disputarán en Durban.
Eduardo se mantiene invicto
Obviamente, los buenos resultados se reflejan en el rendimiento defensivo y ofensivo del equipo. Tras la derrota ante Brasil y hasta el partido contra la RDP de Corea, Portugal anotó 34 goles y recibió sólo tres, cifras que evidencian el equilibrio de un equipo cada vez más en forma y en el que destaca un dato curioso.
El guardameta Eduardo se estrenó con la selección portuguesa en el primer partido de 2009, poco después de la goleada de Brasilia, y, desde entonces, aún no conoce la derrota con los colores nacionales. Un premio que el guardameta se tiene muy merecido, en opinión de Tiago, autor de dos de los siete goles de Portugal contra los norcoreanos.
“Lleva relativamente poco tiempo con el equipo y ha estado simplemente fantástico. Nos ayuda mucho y le da una enorme confianza al grupo. Sólo espero que continúe así”, declaró a la FIFA el mediocampista, que también tuvo elogios para el rendimiento defensivo de Portugal.
“No nos han marcado muchos goles y eso es muy importante, sobre todo en un Mundial. La defensa ha estado espectacular y queremos continuar así, aunque sabemos que frente a Brasil nos espera un reto muy complicado. Si no recibimos goles, habremos cumplido nuestro objetivo [el empate es suficiente para que Portugal se clasifique] y daremos un paso más hacia nuestro sueño”, añadió Tiago, uno de los internacionales que disputó el último enfrentamiento entre Portugal y Brasil.
“Ya pasó hace tiempo, pero es obvio que no lo hemos olvidado. Fue una derrota muy dolorosa, pero también supuso un punto de inflexión, porque desde entonces hemos concedido pocos goles. Ahora somos un equipo más compacto y con mucha más confianza, y tengo la certeza de que el Portugal-Brasil de este viernes será un gran partido”, aseguró el mediocampista.
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