El tricampeón mundial Alemania deberá desconfiar de sus rivales del grupo D del Mundial 2010, pues Ghana, Serbia y Australia conforman un cóctel explosivo de cuatro equipos con aspiraciones de pasar a octavos como primer objetivo.
El equipo dirigido por Joachim Low tiene una leve ventaja en los papeles, apoyado por el brillante palmarés histórico de la Mannschaft y su buen nivel en los momentos en que sube la tensión, con una presencia habitual en las últimas rondas del torneo.
Pero el desafío también implica pasar como primero para evitar en octavos a Inglaterra, favorito de la llave C.
En un grupo donde todo se presenta tan parejo, el once germano tendrá que sacar ventaja de lo más mínimo y para ello asesino.
Tras la partida de Jurgen Klinnsman al final de “su” Mundial 2006 en que terminaron terceros, su ayudante Low tomó las riendas del equipo y consolidó un plantel que sin brillar estuvo a la altura de los acontecimientos en los grandes eventos: finalista de la Eurocopa 2008 detrás de la imparable España y ganador de su grupo de eliminatorias delante de la complicada Rusia.
Low inyectó sangre joven y Michael Ballack, inesperada baja de última hora tras lesionarse en la final de la Copa de Inglaterra, dijo cuando aún pensaba ir al torneo que "el equipo está para pelear el título, pese a que no ha mostrado un buen juego en los últimos tiempos".
Pero sus rivales no se lo pondrán fácil. Australianos y ghaneses avanzaron a octavos en el 2006, en el debut absoluto del once del Búfalo Michael Essien, mientras que Serbia, decepcionante hace cuatro años, estuvo unida con Montenegro y ahora lo hará en solitario tras la división de los países.
Este paso político podría aportarle un extra al once de Radomir Antic, que ya no tendrá excusas a la hora de echarse culpas entre jugadores de diferentes latitudes, como sucedía en el pasado. El volante Dejan Stankovic, del Inter, será el encargado de ordenar el vestuario y aumentar las ilusiones en el campo de juego, con despliegue y llegada al gol.
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