Es un verdadero ícono del fútbol uruguayo, ha roto barreras de todo tipo y hoy con 39 años sigue en fútbol de primera división en busca de otra participación en copas internacionales. Washington Sebastián Abreu es entrevistado por primera vez por El Día y hace un repaso de su carrera y de la selección uruguaya.
P. ¿Cómo estás en esta nueva etapa en Sol de América de Paraguay?
W.S.A.: Estoy disfrutando de un nuevo club y de un nuevo país. Contento porque en las primeras 6 fechas el equipo está primero. Faltan 16 partidos más, así que adaptándome, sobre todo en lo que es el calor y conociendo todo lo que es el fútbol de este país.
P. ¿Cuáles son tus objetivos individuales y grupales en esta nueva incursión?
W.S.A.: En definitiva yo tomo este tipo de experiencias para disfrutarlas y para entender que me dan la posibilidad de estar en diferentes países, creo que por ahí pasa la tranquilidad de disfrutar y recibir y poder adaptarme rápidamente, también en el aspecto cultural para conocer algo nuevo. No hay exigencias extras, solo las básicas, como son disfrutar de las prácticas en el día a día, buscar mejorar, no conformarse con lo que uno tiene y después ser feliz dentro de una cancha.
P. ¿Para qué está Sol de América esta temporada?
W.S.A.: Normalmente, siempre uno entrena para ser titular y jugar bien. Pero también para predicar con el ejemplo en lo que es la competitividad interna para que el equipo mejore y pueda pelear en los principales lugares. Siempre el anhelo es estar en la parte de arriba y tratar de aspirar a lo más añorado que es ser campeón. Mi mente pasa por ahí, pelear el título, que será difícil porque tenés a Cerro Porteño, Olimpia y Libertad de Paraguay. Pero Sol de América tiene la chance después de 24 años de poder disputar un torneo internacional como es la Copa Sudamericana.
P. ¿Pensás en volver en algún momento a Uruguay?
W.S.A.: A Uruguay... la verdad no se me pasa hoy por la cabeza esa posibilidad. Acabo de llegar acá, firmé por un año y por un tema lógico, no manejo la futurología. Porque me parece que tengo que vivir semestre a semestre, en base a cómo uno se vaya sintiendo y vaya respondiendo. Mientras mantenga ese fuego vivo iré evaluando qué es lo que pueda suceder.
P. En lo que se refiere a la selección uruguaya, vuelve Luis Suárez. ¿Cómo ves a Uruguay en la Copa Centenario?
W.S.A.: Que vuelva Luis es buenísimo. Pero en algunos partidos no han estado ni Edi (Cavani) ni Luis y el equipo respondió y está ahí arriba. Creo que lo que queda bien claro, a lo largo de todos estos años en los que Tabárez ha estado al frente de la selección uruguaya, es que hay una idea colectiva. Que cada jugador tiene sus características y que el "Maestro" (Tabárez) puede aprovecharlas de la mejor manera. Pero ha quedado claro de que no se depende de ningún jugador para conseguir resultados.
P. ¿Sentís que son parte de esta selección, que han fundado un estilo?
W.S.A.: Todos los que estuvimos, mientras Tabárez sea el entrenador, somos del proceso. No es que estamos afuera del mismo, entonces somos parte de esta selección. Nosotros no somos ni exjugadores de la selección, ni exconvocados, seguimos en este equipo. Porque el propio "Maestro" ha dicho que todos los jugadores que han sido convocados y que siguen en actividad continúan siendo parte del proceso.
Entonces estamos por dentro, por situaciones, detalles. Obviamente, por una cuestión generacional habemos jugadores que no estamos siendo convocados, pero siempre estamos presente. Y esto te lleva a que todos estemos totalmente involucrados, en esta continuidad linda que la selección tiene. Pero indudablemente la derecha hay que dársela a Tabárez que fue quien implementó esta metodología y este sistema allá por el 2007 cuando inició el proceso de él. En el que muchos tuvimos la oportunidad y el privilegio de arrancar en una selección muy desvalorizada, muy criticada y poco apoyada. Que de a poquito, con mucho sacrificio, con muchas ganas de quedar en la historia de la selección se pudo transformar. Hoy el proceso está firme, hay un trabajo de juveniles en el que hay una transición hacia los mayores que no es traumático para los jugadores.
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