jueves, 26 de diciembre de 2013

MUNDIAL 2014 Goteras en el estadio de Brasilia

El estadio más caro del Mundial de Brasil 2014, el Nacional de Brasilia, tiene filtraciones en el techo, ocho meses después de ser terminado. Así lo explicó la agencia gubernamental Secopa, que pedirá a la constructora que explique la razón por la que hubo partes del techo que dejaron pasar agua en el amistoso del fin de semana entre las selecciones femeninas de Chile y Brasil.

La prensa local informó ayer que casi toda la parte baja de las tribunas estaba inundada pese a que Secopa minimizó el problema, diciendo que las filtraciones no eran serias y que no afectarían el normal desarrollo de los partidos del Mundial.

GARANTÍA

"Algunos puntos están siendo corregidos y controlados, pero no hay nada que comprometa el funcionamiento del estadio o la posibilidad de albergar eventos", aseguró Secopa en un comunicado.

El estadio tiene una garantía de cinco años y cualquier reparación será pagada por la constructora, remarcó Secopa. La reconstrucción del estadio, con capacidad para 73.000 personas, costó 371 millones de euros y albergará seis partidos durante el torneo, entre ellos uno de cuartos de final y la definición del tercer puesto.

El Nacional Mane Garrincha se inauguró el pasado mayo y un mes después albergó la inauguración de la Copa Confederaciones entre Brasil y Japón. Desde ese momento fue sede de 17 eventos, entre ellos varios partidos del Brasileirao.

El problema de la filtración en el recinto se añade a los percances vividos en el estadio Joao Havelange de Río de Janeiro, cerrado hace meses por una incidencia en el techo.

Entonces, los ingenieros avisaron del peligro de que la cubierta se derrumbara en caso de vientos fuertes frecuentes.

Para los Juegos Olímpicos 2016

El estadio Nacional de Brasilia debe estar listo para los Juegos Olímpicos de 2016. Al menos tres de los seis estadios que deben ser finalizados para el Mundial, serán entregados fuera del plazo impuesto por la FIFA.

Además, un total de cinco personas han muerto mientras trabajaban en las 12 sedes.

Todo esto ocurre en el marco de una serie de problemas sociales que se agudizaron desde principios de año y fueron notorios durante la Copa Confederaciones de mediados de gestión, evento del que Brasil fue anfitrión debido a su condición de sede del Mundial de 2014.

Las autoridades políticas de Brasil, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la FIFA expresaron su preocupación por esta situación.

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