martes, 13 de julio de 2010
Sudáfrica teme la resaca, después del Mundial
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El Mundial de fútbol fue un éxito, pese a las quejas por las vuvuzelas. Sudáfrica se siente orgullosa, pero ya tiene programada la resaca.
El país regresa a la vida cotidiana con sus enormes problemas políticos y sociales. En el peor de los casos, estos podrían implicar la violencia contra los inmigrantes de países vecinos.
Durante cuatro semanas los sudafricanos gozaron de pleno la sensación de ser "el centro del mundo", recuerda el diario "Times".
El Mundial puede haber sido decepcionante desde el punto de vista deportivo para el anfitrión, pero en ojos de la gente, el campeón del torneo es Sudáfrica.
"Los sudafricanos son las verdaderas estrellas y los campeones" señaló el presidente Jacob Zuma.
El anfitrión de la Copa del Mundo utilizó el escenario mundial como oportunidad para presentarse a turistas e inversores como un país fascinante y ante todo eficiente.
Claves del éxito
Dos factores clave lograron que cuajase la planificación, los proyectos y la organización del primer mundial en suelo africano: los estrictos plazos de entrega y un "escrupuloso control" por parte de la FIFA, según apunta el redactor jefe de "The Sunday Times", Ray Harley.
"Los sudafricanos podemos ser buenas personas y conseguir cosas de las que nadie creía que fuéramos capaces", se entusiasma el publicista Fred Khumalo. "El mes pasado fue un sueño, un sueño que los dioses de la belleza podrían hacer durar eternamente".
"Los historiadores dirán un día que el Mundial de 2010 no sólo cambió la visión del mundo sobre Sudáfrica, sino también cómo se miran entre sí los sudafricanos", opinó el jefe del comité organizador, Danny Jordaan. "Tenemos que asegurar que nuestro orgullo no dure sólo 90 minutos. Tenemos que transmitir esas sensaciones a otros ámbitos de vida".
Las grandes fiestas en los parques de aficionados, en donde se dieron cita miles de personas, constituyeron sin duda un gran aporte para la construcción de un sentimiento nacional de los muchos pueblos de Sudáfrica. El éxito contribuye a la felicidad y a la paz.
Ahora, sin embargo, muchos sudafricanos temen que con el Mundial termine la armonía en el país.
Entradas
Anfitrión al borde de la oscuridad
Ciudad del Cabo | Dpa
La compra de entradas para el Mundial por 12 millones de rands (1,6 millones de dólares) por parte de los ejecutivos de la compañía estatal de electricidad Eskom fue probablemente la causa para que Sudáfrica quedara al borde de la oscuridad.
El escándalo por los tickets fue para los sindicatos una nueva prueba de la mentalidad en el grupo energético estatal, donde los ejecutivos autorizan bonificaciones millonarias y salarios impresionantes para ellos.
Por eso no debería llamar la atención que los empleados estuvieran decididos a recurrir a la huelga y amenazaran con apagones en todo el país.
Finalmente parece que la compañía cedió y accedió a aumentar significativamente los sueldos. A la empresa pública, altamente endeudada, se le sumarían así grandes costos que finalmente deben ser financiados por los contribuyentes. "Si Eskom tuviera que pagar más quebraría", admitió el sindicalista Zwelinzima Vavi.
Además Sudáfrica vivió una nueva realidad: "Hace 20 años que no viajaba en el tren. El sábado me animé nuevamente", dice sonriente la maestra Anna Ferguson en Ciudad del Cabo, en el Fan-Park donde vio el partido por el tercer puesto entre Alemania y Uruguay junto a cientos de hinchas.
SEGURIDAD
Jump será acusado de intento de robo de la Copa
El español Jaume Marquet, "Jimmy Jump", que el domingo irrumpió en el terreno de juego del estadio Soccer City cuando la Copa FIFA fue expuesta frente a los espectadores antes de la final Holanda-España, será acusado de intento de robo del trofeo, según la Policía.
Jimmy Jump, que se ha hecho famoso por perturbar con su presencia el desarrollo de importantes citas (la última, el Festival de Eurovisión), tuvo que comparecer ayer ante el tribunal de la Copa del Mundo.
La portavoz policial, Tummi Shai, precisó que el intruso, que apareció en el campo 10 minutos antes del comienzo de la finalque dispuatron España y Holanda, será acusado de "invasión y de intento de robo de la Copa".
Jaume Marquet, tocado con su habitual barretina, recorrió en diagonal parte del terreno de juego, directo hacia el trofeo, pero fue alcanzado por agentes de seguridad que lo derribaron y lo detuvieron.
Johannesburgo, Efe
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