Japón, el último representante asiático en la segunda fase del Mundial, una vez eliminada Corea del Sur, murió el martes con sus propias armas frente a Paraguay, eliminado en los lanzamientos de penales.
El equipo de Takeshi Okada clausuró la presencia asiática en el certamen tras el fallo de Yuichi Komano en el tercer turno de lanzamientos.
Después de haber llegado por primera vez a octavos en 2002, en el Mundial que organizó conjuntamente con Corea del Sur, Japón parecía en condiciones de romper su techo en Sudáfrica con una mezcla de velocidad, defensa y tiros a balón parado, pero Paraguay, un equipo no menos diestro en tareas defensivas, estuvo más certero.
Como en el campeonato mundial 2002, también Corea del Sur ha llegado hasta los octavos, en los que ha caído, como Japón, frente a un equipo sudamericano, Uruguay, un doble campeón que quiere reverdecer laureles.
En su séptimo torneo consecutivo, Corea del Sur superó la primera fase con un solo contratiempo, la goleada que sufrió ante Argentina (4-1), pero Uruguay le negó el sueño de llegar a cuartos por vez primera.
El tercer equipo asiático presente en el Mundial, Corea del Norte, siguió una trayectoria descendente. Logró perder por un estimable 2-1 frente a Brasil, pero se derrumbó contra Portugal (7-0) y también fue goleado por Costa de Marfil (3-0), por lo que cerró la clasificación teórica del torneo con tres derrotas, un gol a favor y doce en contra.
Los enigmáticos norcoreanos llegaron a Sudáfrica con ánimo de dar la sorpresa, pero fueron ellos los sorprendidos por el nivel de sus rivales.
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